Javier S Gastro

Críticas

Ricard Camarena, la huerta y el mar con aroma a Valencia que abraza la excelencia gastronómica 

En su mejor momento creativo, el cocinero valenciano lleva al éxtasis al comensal con un menú de verdura humilde, productos de temporada marinos, un pase memorable de ventresca de atún y un sublime maridaje sin alcohol que cuestiona la controvertida decisión de la Guía Michelin en no reconocerle aún con la más que merecida tercera Estrella Michelin. Ricard Camarena Restaurant vive un momento de plenitud creativa y madurez, con una cocina más clara, sabrosa y coherente que nunca. Días después de la celebración de la Gala Guía Michelin 2026 y tras haber probado este menú en octubre de este año, me resulta incomprensible que a día de hoy la Guía Michelin no haya coronado aún este trabajo con la más que merecida tercera estrella. Sala y Cocina  En la antigua fábrica de Bombas Gens, Camarena ha encontrado el ecosistema perfecto para desplegar una alta cocina tranquila, sin estridencias, donde el sabor manda por encima de todo. El menú Ricard Camarena Experience se presenta como compendio de varios años de investigación sobre la huerta y el mar valencianos, destilados en preparaciones rotundas pero de una aparente sencillez desarmante. El gran relato de esta casa se escribe en clave vegetal: la huerta valenciana no es guarnición, es columna vertebral del menú, casi diríamos que es dogma. La cocina trabaja con producto de proximidad que llega del campo a la mesa en cuestión de horas, y con un enfoque de aprovechamiento integral que convierte hojas, pieles y descartes en fondos, salsas y condimentos de enorme profundidad. En esa lógica encajan los pases iniciales del “Preludio”, donde el apio a la brasa, el calabacín, la patata al all i pebre o la cebolla asada demuestran cómo una despensa humilde puede alcanzar registros hedonistas inesperados cuando se la mira con ojos de alta cocina. La cocina de Camarena confirma que el verdadero lujo ya no está en el listado de ingredientes, sino en la cantidad de trabajo, tiempo y pensamiento que se vuelca en cada plato. Preludio En el “Recorrido” hay creaciones majestuosas como las setas con vainillas y piñones, el salpicón de quisquillas con coco y café o la sopa fría de espárrago blanco, almendras y hierbas.  No falla la alcachofa, aquí sabrosa como en pocos lugares en toda España, junto al tomate confitado en mantequilla con leche y yogurt de oveja, un tomate confitado que llevo años probando y que nunca me cansaré de él.  El mar por medio del bogavante con ensalada de hierbas y estas, la ostra valenciana con aguacate, horchata de malanga y sésamo negro o la Gamba Roja con yema de corral, judía Bobby y el consomé de sus cabezas, reverencia absoluta a la potencia y el sabor en cada bocado. Terminamos con un arroz cremoso de vaca con hierbas aromáticas, la cebolla grano de oro asada con holandesa de caviar, que dan paso al pase semidulce con el que terminamos el recorrido: Berenjena frita con miso y al cierre un mango maduro con curry dulce, hierbas y semillas absolutamente perfecto.  Setas, Vainilla y Piñones Trufa Negra Durante el “Recorrido” vivimos el momento místico del menú, y que merece un capítulo aparte, con la secuencia dedicada a la ventresca de atún, servida en distintos cortes macerados en algarroba. Es un pase que condensa buena parte del ideario de la casa: temporalidad estricta, tratamiento casi quirúrgico del producto y un juego de maduraciones y curados que suman complejidad sin perder un ápice de jugosidad. Aquí la presencia en sala de Ricard Camarena marca la diferencia: el cocinero desgrana cada elaboración con un discurso sereno y preciso que ayuda a leer el plato, pero nunca se impone sobre lo que sucede en la boca. Es difícil no sentir que uno asiste a la versión más depurada de esa cocina mediterránea de mar y huerta que el chef viene persiguiendo desde sus inicios. Ricard Camarena en acción  Si la parte sólida roza el sobresaliente, el maridaje sin alcohol merece directamente ser citado como uno de los grandes argumentos para visitar el restaurante. Lejos de una simple colección de zumos o infusiones, se trata de un trabajo de cocina líquida que fermenta, prensa y destila los mismos vegetales que aparecen en el menú, en muchos casos a partir de sus “desechos” más invisibles. Bogavante, ensalada de hierbas y setas El resultado es una secuencia de bebidas artesanales con matices ácidos, salinos o amargos que amplifican sabores, limpian el paladar y dialogan con los platos con tanta o más sutileza que muchos maridajes vinícolas clásicos.  Gastronomía Líquida by Ricard Camarena En tiempos de creciente interés por propuestas sin alcohol, la de Ricard Camarena marca un listón difícil de superar y demuestra hasta qué punto el discurso de sostenibilidad puede materializarse en la copa sin renunciar al placer. La sala acompaña con un servicio afinado al milímetro, profesional pero cercano, que permite al comensal centrarse en lo importante: una sucesión de bocados que avanzan con ritmo de sinfonía bien escrita, sin baches ni ocurrencias gratuitas. Todo apunta a un restaurante instalado en la serenidad de quien ya no necesita demostrar nada, pero sigue empeñado en ir un paso más allá en cada servicio. Parte del equipo de Sala y Cocina Ricard Camarena  Con dos estrellas Michelin consolidadas desde hace años, tres Soles Repsol y el reconocimiento como uno de los grandes templos vegetales del mundo, sorprende que el restaurante siga sin entrar en el club de las tres estrellas. Más aún cuando la propia casa ha hecho del “desperdicio cero”, la coherencia con el territorio y la construcción de un lenguaje culinario propio sus grandes banderas, justo la clase de relato que la alta cocina contemporánea proclama como modelo. En Bombas Gens no solo “pasan cosas”: allí se está escribiendo, servicio a servicio, una de las versiones más influyentes y honestas de lo que puede ser hoy un restaurante de alta cocina mediterránea.  Si el Olimpo de las tres estrellas pretende seguir siendo termómetro de vanguardia y excelencia, la ausencia de Ricard Camarena Restaurant

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Bar Ultramarinos Machete, sabor de barra castiza con acento canario

En pleno corazón de Vegueta abre las puertas un “bar madrileño” de toda la vida con alma canaria en sus recetas y sabor. Hay lugares que parecen tener el poder de teletransportarte y eso lo ha hecho protagonista del artículo de hoy. En pleno corazón de Las Palmas de Gran Canaria, el nuevo Bar Ultramarinos Machete consigue hacer eso: abrir su puerta es como atravesar un portal directo a un bar castizo del Madrid de toda la vida. La barra baja de metal bruñido invita al apoyo cómplice, los barriles alineados marcan el ritmo del tapeo, y los vermuts —servidos directamente desde unas pequeñas barricas de cinco litros delante del cliente— añaden ese toque ritual que acompaña el aperitivo de las buenas tardes. Nada en Machete parece casual y de eso se ha encargado su propietario y alma mater, Kike Espino, quien abre su primer local en la calle Mendizábal (y digo primero porque se avecinan sorpresas agradables) tras triunfar por todo lo alto en la calle La Pelota con Triciclo, Manuela Jimena y Morro Colorao. Kike Espino  Desde la iluminación cálida que tiñe los azulejos antiguos hasta la estrecha distancia entre mesas que fomenta la charla entre desconocidos, todo está pensado para reproducir la atmósfera de taberna con memoria. Es un guiño al bar de siempre, reinterpretado con precisión canalla y un notable respeto por los códigos del bar español. La propuesta gastronómica juega con dos orillas que se entienden sin traducirse: Madrid y Canarias. En la barra desfilan platos “de aquí y de allí” comenzando con una colección casi infinita de gildas, desde la versión más tradicional —con piparra, aceituna y anchoa— hasta fórmulas propias que incorporan ingredientes locales como la canariona o el guiño a Galicia con la gallega. Este guiño al pincho vasco universal se convierte aquí en emblema de identidad.  Jessi sirviendo un vermouth  En Machete la carta es amplia, muy amplia, pero lejos de ser un hándicap es un reclamo para el comensal ya que antes de salir ya tiene ganas de volver para seguir probando cosas. En los fogones, el recetario se mueve entre la nostalgia peninsular y el pulso insular. ¿Quien no recuerda los huevos escondidos?, un plato que devorábamos adultos y menores en los bares que poblaban Las Canteras hace años como Los Marineros o Casa Pepe Juan. Pues aquí Kike se marca una versión de los Huevos Escondidos con atún, cangrejo, gambones, salsa cocktail y nube de queso que me llevó a la infancia con emoción.  Huevos Escondidos Traviesas, divertidas y muy originales las “carbocroquetas”, versión canalla de un plato italiano como son los espaguetis a la carbonara en forma de bocado con los dedos. Recomiendo esperar un poco a que se atemperen cuando lleguen a mesa, se coja los dedos, cierren los ojos y denle un bocado, “es como comerme unos espaguetis a la carbonara en forma de croqueta” comentó un comensal en la mesa. Continuamos con lo que aquí se llama “Tortilla Abierta” y en Madrid “Tortilla Vaga”, cocinada por uno de los dos lados y más jugosa por el otro con los ingredientes que decidas de las tres recetas disponibles. Probamos la excelsa de salmonete y gamba blanca, pero me han dicho que la de escalibada también juega la misma liga, será la próxima que caiga. En este bloque terminamos con un plato tan sabroso como emocional para nosotros como es la papa canaria escachada con sus dos mojos. Carbocroqueta Tortilla abierta  Cómo principales en esta primera visita nos decantamos por uno tollos en salsa, receta del padre de Kike, donde el tollo se seca y limpia previamente para después cocinarlo a largo chup chup y dar como resultado uno de esos platos que ya no tenemos, que hemos olvidado y que aquí recuperan por la puerta grande. El padre de Kike puede estar muy orgulloso y yo desde aquí le doy las gracias por haber inculcado en su hijo una receta de toda la vida que ejecuta con maestría Ulises, el jefe de cocina.  Tollos  Para cerrar tenemos una carne de cabra con carácter propio donde queda claro que el arraigo local no se olvida, cocinada a largo tiempo, con una salsa proveniente de los huesos del animal casi transformada en una falsa demiglace y con una cama de papas fritas que son un espectáculo por sí mismo, puedo decir sin miedo a equivocarme que es una de las más personales y redonda versión que he probado en años en Gran Canaria. Carne Cabra De postre, mucho ojo a la natilla de maracuyá con galleta María, adictiva por su cremosidad, intensidad de sabor a fruta y contraste crujiente con la galleta. Natilla En la carta comparten protagonismo las cazuelas, frituras de pescado, los calamares a la andaluza o una notable selección de pescado fresco y marisco que llega cada día. Las carnes completan un menú que busca equilibrio entre la contundencia y el tapeo, con raciones pensadas tanto para compartir como para acompañar un vino de barril. El espíritu Machete es algo más que un bar nuevo, este pequeño rincón de Vegueta parece recuperar una forma de estar en el bar que se echaba de menos: esa mezcla de bullicio amable, gastronomía reconocible y respeto por el detalle. No hay pretensión ni artificio, solo autenticidad bien medida. Así, el lugar se perfila como una de las aperturas más carismáticas del año en la capital grancanaria, un espacio donde la tradición se bebe a tragos cortos y se come a bocados largos. Ulises y Jessi  En tiempos en los que lo clónico y la carta sin alma parecen la norma, apostar por lo tradicional —por el bar de barrio, por lo castizo, por lo que cuenta una historia— tiene un valor incalculable. Machete no solo ofrece platos, ofrece identidad; no vende solo vermut, sirve memoria líquida que conecta al cliente con una forma de vivir la gastronomía que es pura personalidad.  Y en una ciudad donde cada vez cuesta más encontrar bares con carácter propio, celebrar

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Restaurante Rigolo: La trattoría que ha revolucionado el paladar de Las Palmas de Gran Canaria

Matteo Pierazzoli afianza su sueño de construir un proyecto donde la cocina que le hizo amar su profesión sea reconocida y apreciada en la ciudad que le acogió de corazón.  Hay aperturas que pasan sin pena ni gloria, pero lo que ha conseguido Rigolo en apenas un año roza lo histórico para la escena gastronómica de Las Palmas de Gran Canaria. Su chef y propietario, Matteo Pierazzoli, ha convertido este rincón en la quintaesencia de la trattoría italiana, ensalzando la tradición sin perder el pulso de la creatividad y el producto de temporada. Matteo Pierazzoli El éxito de público no es casual. El comensal canario, exigente y curioso, ha encontrado en Rigolo una propuesta honesta y tremendamente sabrosa, acogiendo con entusiasmo cada nueva incorporación a la carta.  Entre los estrenos más celebrados, destaca la renovada tabla de embutidos importados directamente desde Italia con selecciones que rivalizan con las mejores despensas peninsulares, y una trucha ahumada que encuentra en la ensalada de tomate e hinojo su pareja perfecta: frescura, textura y armonía en boca. Junto a todo ello no olvidemos pedir sus excelsas croquetas de queso, no se arrepentirán, es más, diría que repetirán. No desaparecen sus ya famosas sardinas en escabeche tipo Venetto, los buñuelos de N’duja y sus panes de masa madre.  Tabla de quesos y embutidos Ensalada de Tomate, Hinojo y Trucha Ahumada Si la pasta es la referencia inevitable de cualquier trattoría, las manos de Pierazzolli elevan los estándares a cotas poco vistas en la isla. Sus ya míticos Raviolis de ricotta y berros tienen nuevos acompañantes como unos imbatibles Cappelacci de calabaza de temporada y ricotta que aparecen como un bocado reconfortante y sutil. Destacan también unos Cappeletti con espárragos y panceta que despliegan un despliegue aromático irresistible mientras que los gnocchis al queso blue de Nicoletta sorprenden por su cremosidad y equilibrio. Aunque en esta última visita me he centrado en la pasta, no olviden preguntar por las carnes y pescado a la brasa que maneja con guante de seda esta cocina, que de casta le viene al galgo y les aseguro que son un must a no perder de vista. Cappelacci de Calabaza y Ricotta Cappeletti con espárragos y panceta El cierre dulce merece mención especial: un tiramisú casero que conquista incluso a quienes —como quien firma esta crónica— nunca se han sentido seducidos por este clásico. Rigolo ha logrado que el tiramisú deje de ser el habitual postre ‘de compromiso’ para convertirse en motivo de regreso. La sala de Rígolo también se ha afianzado con un equipo joven, comprometido y compenetrado que consiguen hacer brillar a la misma con el brío que sale de cocina conjugando la elegancia de los platos con la cercanía y profesionalidad de un servicio que transmite felicidad en cada momento. Tiramisú Ambar y Santi En definitiva, Rigolo no sólo consolida en su primer año una clientela fiel, sino que marca un antes y un después en la restauración italiana de Gran Canaria. Casa, producto y dedicación: la receta del éxito está servida. Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter) bajo el nick de @javiers_gastro.

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Memoria Gustativa: La tasca con alma canaria y espíritu valenciano que apunta a Estrella Michelin en Valencia.

La cocina que elaboran Javi Vega y Blanca Martínez en Valencia va a posicionar su sentido homenaje a todas las tascas y bares de España como un lugar de peregrinación para todo aquel amante de la gastronomía donde vanguardia y raíces van unidas de la mano en cada bocado. No todas las aperturas valencianas del último año han conseguido tanta unanimidad en su recepción ni una identidad tan clara como Memoria Gustativa, el proyecto del grancanario Javi Vega y la valenciana Blanca Martínez. Es por eso que en este artículo nos desplazamos a la capital del Turia, Valencia para conocerlo.  Ambos debutaron en el corazón del Ensanche, tras más de seis años en el exigente Dstage de Madrid, donde Javi fue jefe de cocina para Diego Guerrero. Hoy, el local que regentan en Valencia —una tasca urbana con alma de bar de barrio en homenaje a esos bares donde encontraron refugio anímico durante la dura época del COVID— es ya firme candidato a Estrella Michelin tras su reciente entrada como Recomendados en dicha publicación y también por su Sol Repsol obtenido en este 2025 durante la gala celebrada en Santa Cruz de Tenerife. Memoria Gustativa recorre la memoria emocional y colectiva de la cocina popular —donde lo sencillo esconde la máxima dificultad— pero todo elevado a un nivel de sofisticación, técnica y sensibilidad poco habitual en España. El restaurante se inspira en las tascas y tabernas de toda la vida: menú degustación a precios populares, con mucho producto noble al que se le da otra vida dando como resultado una cocina directa, sabrosa y muy personal, sin olvidar un guiño a la vanguardia aprendida en Madrid. El único ya comienza de manera sobresaliente y muy original. El uso del higo fermentado, acompañado tanto por mojama como por el resultado líquido del propio fermentado, habla del aprovechamiento total y la elegancia de buscar la complejidad en lo simple. El maridaje intrínseco en el mismo bocado es un guiño a los sabores de antaño, pero con técnica y creatividad.  Higo Continuamos con una flor de calabacín rellena de pistacho, crema y menta, plato frío donde todos los sabores sobresalen. El pistacho aporta textura y profundidad, la crema equilibra y la menta refresca, haciendo que cada elemento funcione en armonía. La sorpresa proviene tanto de su temperatura como de la delicadeza de la combinación. Flor Calabacín A continuación dos platos salados con nombre de postres y de los que no les voy a dar más pistas que los nombres y las imágenes; Flan y Natillas. Para saber lo que son deberán probarlos, no voy a ser yo quien les haga un spoiler de dos bocados tan sutiles como divertidos. Un viaje a la infancia con la mente de un amante de la gastronomía donde Canarias y Valencia están más que bien representados.  Natillas y Flan La brandada de bacalao en falsa tortilla con chicharrones es un homenaje al recetario mediterráneo reinterpretado con técnica: brandada con perejil y chicharrones de piel de bacalao, en forma de “tortilla” sin huevo. El juego de texturas, junto al sabor intenso, hace que sea un plato de transición perfecto entre mar y tierra. La Vieira en dos texturas con falso alioli de coliflor revaloriza un producto en muchas ocasiones maltratado, mostrando sensibilidad y técnica. El falso alioli de coliflor es un acierto que aporta sabor sin ocultar la protagonista. Continuamos con unos tallarines de nabo encurtidos casero sobre caldo de jamón y empanadilla, plato de cuchara y bocado, con encurtidos caseros que refrescan y dan profundidad al caldo de jamón. La empanadilla elaborada con restos, demuestra cocina de aprovechamiento y de memoria popular llevada al extremo. Tallarines de nabo encurtido Los dos últimos platos serían los que podríamos considerar como “principales” en un menú al uso. El primero de ellos consistió en un Atún con jarrete cocinado durante horas, pilpil de tomate, teja de AOVE y aceituna negra. Brilla por la cocción larga, el pilpil trabajado y una teja elegante y sabrosa encima. Plato de sabor intenso y marcado, con alma de tasca y refinamiento de alta cocina. Para cerrar el despliegue, un lingote de cordero sobre salsa de sus propios huesos. Máxima expresión del cordero: cocción larga, concentración de sabor y salsa ligada a base de los propios residuos. Presentación moderna, pero con esencia tabernera y ejecución de matrícula. Cordero Como postre o más bien plato dulce; “Peras al vino”de nombre, milhojas de berenjena como realidad. Dando con ello un cierre magistral al reinterpretar un clásico cambiando la pera original por berenjena cortada en milhojas, sorprende y crea adicción, el resultado es un juego dulce-salado con guiño al recetario tradicional. Peras al vino Todos los platos del menú degustación trabajan la memoria popular desde la perspectiva de la alta cocina, reinvención honesta y técnica. Destacan el respeto por el producto y el aprovechamiento, la capacidad de sorprender sin artificios y el profundo homenaje a la cocina de bar de toda la vida, llevada a una ejecución digna de estrella Michelin. La sala, gestionada con atención cercana y amable que aporta el toque canario de Tara Hernández ayuda a romper el hielo e invita al disfrute relajado, mientras que la carta de vinos y la propuesta líquida reflejan el mismo rigor que la cocina: una selección corta pero valiente, bien asesorada y adecuada a los platos. Equipo Memoria Gustativa Sinceramente desde que visité por primera vez el Restaurante Gofio en Madrid hace ya casi 10 años, no sentía algo así en un restaurante ubicado fuera de Canarias. Estoy seguro que la trayectoria de Memoria Gustativa nos va a dar las alegrías que Safe y Aida nos han aportado a los canarios durante tantos años. Más pronto que tarde veo un cuatro manos entre ellos y ahí estaré yo cogiéndome un BINTER para Madrid o para Valencia, pero que no me lo pierdo y se lo contaremos, denlo por hecho. Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter) bajo el nick de @javiers_gastro.

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Muxgo, la evolución sin límites de un Borja Marrero que toca el Roque Bentayga con su cocina.

Un año después de conseguir su ansiada y soñada Estrella Michelin, Borja Marrero y Muxgo se encuentran en el mejor estado de su ya larga trayectoria.  En el emocionante panorama culinario canario, pocos restaurantes están experimentando una transformación tan profunda y relevante como Muxgo bajo la batuta, el alma, trabajo, esfuerzo y talento de su chef y alma mater: Borja Marrero. En este artículo nos disponemos a degustar Gran Canaria a bocados desde la cumbre hasta sus costas. Borja Marrero Tras haber conseguido la ansiada Estrella Michelin hace apenas un año, el chef se encuentra en su mejor momento creativo y técnico, atesorando una evolución que no solo consolida su propuesta, sino que pone en valor sus raíces y los productos de Tejeda.  Hoy Borja sigue cocinando “el pueblo de Tejeda” en todo su esplendor, pero lo hace desde un lugar más maduro y reposado, dejando atrás ciertos experimentos forzados y apostando por una cocina que domina el fuego, las cocciones largas, los caldos, fondos y salsas llenos de potencia, originalidad y, sobre todo, mucho sabor. La carta de esta temporada es un recorrido profundo y personal por el paisaje y el alma de Gran Canaria, reinterpretando sabores ancestrales y creando platos con una identidad poderosa. Comenzamos con sus Verrmouth Caseros que están elaborando en y conservando en Dama Juana lo que le aporta. Vermouth casero y snacks de bienvenida  Entre algunos de sus platos, para nos contarles toda la película yo destaca con brillo propio la Cuajada de Tres Leches con salsa de corteza de pino canario y galleta Bentayga sobre tela de saco. Por otra parte, el Jurel curado en corteza de pino, hierbas y agua de tomate es una adictiva y divertida forma de poner el mar y montaña en comunión dentro de un mismo bocado tan complejo como sutil.  Cuajada 3 Leches y Galleta Bentayga Su ya icónica Sopa de Queso no desaparece de la carta, es más, sigue evolucionando como su cocina siendo esta la más redonda que he probado nunca. Pero mucho ojo a una Sopa Fría “de Heno” con cremoso de tomate fermentado y cuajada de oveja, un ejercicio de sofisticación y Terroir donde la nota láctea y el fermentado marcan territorio propio.  El “Rancho de mi Madre” como denomina y marca el propio Borja es otro plato de cuchara de esos que reconfortan las madres. En unos momentos donde la cuchara parece que desaparece de la alta cocina o los menú degustación, Borja se marca tres platos de época. Sopa de Queso Sopa fría  Entrando en los platos principales llega el que para mí es el mejor plato de este menú por muchos motivos, su Camarón Soldado de Mogán macerado en aceite de almendro quemado con sopa de cebolla.  Aquí encontramos técnica y producto local llevados a la excelencia en un plato que lleva a consumir pan a raudales para limpiar y rebañar el último resquicio de un fondo con sabor a sopa de cebolla que quita el sentido. Ojo al pan, focaccia casera de tunera, para llevar a casa. Camarón Focaccia de Tunera  El puerro con salsa de millo seco, helado casero de chocolate blanco y leche ahumada junto al brócoli a la llama con pilpil de suero elevan las verduras a protagonistas con sabores muy definidos, mucha originalidad y creatividad bien aplicada.  El cierre tiene de protagonista una versión local y personal de un clásico internacional como es el Wellington con pan cristal y jamón curado propio. A continuación, excelsa degustación de quesos curados y elaborados por ellos mismos a partir del pequeño rebaño de cabras, ovejas y vacas que aún sigue manteniendo en Tejeda. Wellington Entrando en el mundo dulce, un Pre-postre de yema curada cítrica de suero de tres leches, requesón con hierbas y miel de Tejeda juega entre dulzor y cremosidad con guiño a los lácteos tradicionales. De cierre, plato dulce de calabaza curada, leche frita y agua dulce de hierbas lo que lleva un menú espléndido a concluir por todo lo alto gracias a su final fresco y sorprendente, pleno en matices vegetales y dulces. El equipo de cocina y sala en Muxgo ha conseguido ensamblarse hasta el punto de hablar el mismo idioma. El servicio resulta armonioso, profesional y cercano, mostrando una sintonía que sin duda afianza la experiencia gastronómica. Si siguen en este camino, Muxgo se perfila como firme candidato a una Segunda Estrella Michelin. Cabe subrayar, no obstante, que para alcanzar ese siguiente peldaño, el Hotel Santa Catalina a Royal Hideaway debería acometer una reforma profunda del espacio donde se ubica el restaurante. La propuesta de Borja Marrero ha rebajado al espacio donde se encuentra ubicado a un segundo plano, dejándola anclada en un pasado que merece mayor evolución, empaque y envoltorio acorde a la magnífica cocina y servicio que hoy se ejecuta en Muxgo. Silvia y Christian terminando el Wellington en sala Como conclusión: Borja Marrero, en este momento, cocina la tierra, sus recuerdos y sus paisajes como nunca. Muxgo es un homenaje a Tejeda y a toda Gran Canaria, con platos de fuego lento, caldos intensos y salsas originales, marcando el rumbo de la alta cocina canaria con personalidad y sabor genuino. El futuro, sin duda, apunta a más estrellas, siempre que espacio y cocina caminen juntos hacia la excelencia. Equipo MuXgo en cocina, de Izquierda a Derecha, José, Erika, Borja y Javier. Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter) bajo el nick de @javiers_gastro.

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El Restaurante Casa Romántica en Agaete, un espacio que se afianza como alma de sabor a Gran Canaria.

En este verano 2025, el Restaurante Casa Romántica en Agaete ha entrado con fuerza añadiendo una nueva propuesta gastronómica más “casual”, terraza con espacio para tapas, vinos y cañas o reinaugurando su Centro de Interpretación Cultural a la que se le añade una nueva tienda donde se podrá adquirir los mejores productos de toda Gran Canaria. Los Jardines de Casa Romántica, la propuesta más asequible y desenfadada del complejo Casa Romántica en Agaete, se ha consolidado como una opción gastronómica singular en Gran Canaria. Ubicado en un espacio que abraza la luminosidad de los jardines, este restaurante, dirigido por el chef Aridani Alonso y el inspirador Víctor Lugo, permite acercarse al galardonado universo creativo de Casa Romántica a través de una fórmula accesible y flexible. Atún Jardines Casa Romántica. El menú-carta de Los Jardines presenta una cuidada selección que da voz tanto a creaciones innovadoras del chef como a algunos de los platos más celebrados en la historia de Casa Romántica. El comensal puede diseñar su experiencia eligiendo entre cuatro entrantes, cuatro principales y cuatro postres, por un precio cerrado de 40 euros, en un espacio acogedor con capacidad para 35 personas. En la oferta actual destacan opciones como el aguacate asado con escabeche de guayaba y almendras tostadas, el arroz de cochino canario con emulsión de romero, la terrina de costilla con batata, la lubina Aquanaria con pilpil de hinojo o el tataki de atún de aleta amarilla. La filosofía de Casa Romántica se basa en la sostenibilidad y la defensa del producto local. El restaurante se autoabastece en gran medida de sus fincas propias, donde cultiva frutas tropicales y productos de temporada, elabora quesos y produce su propio vino y café. Esta apuesta local se complementa con acuerdos con agricultores, pescadores y denominaciones de origen insulares, y se refleja en que la mitad de la carta de vinos es de procedencia canaria. La sostenibilidad se extiende a la gestión de residuos, la recogida de agua de lluvia, la vajilla y mobiliario reciclado y la ausencia de envases plásticos, situando a Casa Romántica como un referente en prácticas responsables. El chef Aridani Alonsoi mprime su personalidad en cada plato. Formado en la isla y con experiencia en reconocidos restaurantes y junto a chefs de prestigio, Aridani lidera una cocina de vanguardia que respeta el patrimonio gastronómico insular. Por su parte, Víctor Lugo, con trayectoria en la gestión agrícola, enológica y turística, es el motor del proyecto y responsable del prestigio de la finca La Laja y la bodega Los Berrazales, además de crear el Centro de Interpretación del Producto de Gran Canaria, anexo al restaurante. Victor Lugo La experiencia en Casa Romántica trasciende lo gastronómico: la visita se convierte en un recorrido cultural y sensorial por las raíces y el presente de la isla, reforzado con propuestas como la tienda de productos selección gourmet y el programa de formación y divulgación dirigido tanto a su plantilla como a visitantes, afianzando su lugar como epicentro de sostenibilidad, creatividad y divulgación en la isla de Gran Canaria. La ‘Casa Madre’ de Casa Romántica se distingue principalmente por su oferta gastronómica de altos vuelos basada en menús degustación, en contraposición al formato más informal y personalizable de Los Jardines de Casa Romántica. En la casona principal, que es el salón noble del complejo, el chef Aridani Alonso despliega una cocina creativa y de autor con menús degustación —incluyendo opción vegetariana—, donde los comensales se embarcan en un recorrido culinario estructurado, pleno de matices y técnicas contemporáneas, pero siempre fiel a las raíces y productos canarios. Cada pase de los menús suele ser una muestra de ingredientes de temporada provenientes de sus fincas propias, fusionando tradición y vanguardia, y llevando a la mesa una experiencia sensorial más completa, íntima y de alta cocina, reconocida con un Sol Repsol y la recomendación de la Guía Michelin. Camarones de Agaete En cambio, Los Jardines de Casa Romántica ofrece una propuesta más asequible y flexible: un menú-carta a 40 euros en el que el cliente elige entre cuatro entrantes, cuatro principales y cuatro postres, incluyendo algunas de las recetas más emblemáticas de la casa junto a nuevas creaciones. El ambiente es relajado y permite acercarse al universo de Casa Romántica sin la solemnidad ni la duración de un menú degustación, adaptándose a todos los públicos. Ambas fórmulas comparten el compromiso con el producto local, la sostenibilidad y la excelencia, pero la casa madre es el epicentro de la propuesta más ambiciosa y gastronómica, mientras Los Jardines actúa como su puerta de entrada accesible y flexible. Por si esto fuera poco, hace unas semanas se reinauguró en el Centro de Interpretación del Producto de Gran Canaria anexo a su restaurante, su exclusiva tienda de grandes productos de la isla, seleccionados personalmente por él mismo y por el chef, Aridani Alonso. Contando con la visita oficial de la consejera de Industria del Cabildo de Gran Canaria, Minerva Alonso, la nueva tienda cuenta con la alianza de ‘Gran Canaria Me Gusta’, sello encargado de guiar la promoción y comercialización del producto agroalimentario local del Cabildo de Gran Canaria. La tienda completa el recorrido que los visitantes de Casa Romántica pueden realizar a través de los 21 municipios de la isla en el edificio anexo, explicados a través de cuidadísimos dioramas y bodegones que expresan las diferentes riquezas artesanas y gastronómicas de toda la isla, una propuesta lúdica singular para comprender las esencias, los sabores y la idiosincrasia de Gran Canaria y una iniciativa única en Islas Canarias. Inauguración de la tienda Productos de la tienda. En cada una de las salas, y por supuesto en la tienda, el visitante puede conocer y adquirir la amplia gama de productos artesanos gourmet (y únicos) que ofrece la isla: sidras, quesos, vinos, dulces, café (de la propia finca de Víctor Lugo, La Laja), miel, mermeladas, artesanía, sales, aceites de oliva, licores (incluidos los propios de Casa Romántica, elaborados por el sumiller, Carlos Peña), rones, frutas y verduras frescas de las fincas. Para

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Berro Bistrot, la evolución sin techo de una cocina vegetariana única en Canarias

Hoy vamos a poner el foco en Berro Bistrot, porque en unos momentos donde tener marcada una personalidad tan propia en la cocina no es fácil, Francesca y Marco se han propuesto romper con todas las barreras imaginadas. Berro Bistrot se ha posicionado como un referente indiscutible dentro de la escena vegetariana en Canarias, desafiando con creatividad y excelencia los retos de atraer y fidelizar a un público exigente en una región históricamente ligada a la cocina tradicional y a los productos del mar. En momentos donde ser un restaurante vegetariano implica sortear el escepticismo local y la presión de mantener una propuesta genuina en un entorno competitivo, este bistrot no solo ha sobrevivido, sino que ha crecido mes tras mes hasta convertirse, hoy, en el punto de referencia para cualquier amante de la cocina vegetal en las islas. Rosa de Remolacha Lo que verdaderamente distingue a Berro Bistrot es su tratamiento magistral de los vegetales y las verduras. Cada plato revela un profundo respeto por el producto fresco y local, donde la verdura se convierte en protagonista absoluta, nunca mero acompañante. Francesca, la chef y alma creativa del proyecto, domina técnicas que realzan sabores, texturas y colores en recetas que sorprenden incluso a quienes suelen esquivar la cocina vegetariana. Desde su imprescindible flor de remolacha con pisto de berros, plato emblema de la casa, pasando por carpaccios vegetales con fermentados caseros, hasta platos calientes que reinterpretan clásicos internacionales en versión cien por cien vegetal, el menú es una lección de cómo la cocina basada en plantas puede ser sofisticada, emocionante y profundamente satisfactoria. En mi última visita me puse en mano de Francesca, no quise ni mirar la carta y fue ella la que me llevó por un viaje donde los sabores y la potencia brillaban en cada plato. Inolvidable y excelsa su versión de la Caprese con unos tomates, queso fresco de cabra y un falso mojo de albahaca. Caprese Muy afinada su versión del ceviche con setas en lugar de pescado y una leche de tigre jugando con algas marinas que terminas bebiendo a cucharadas.  Para terminar, una lasagna de setas y trufas coronada con queso curado de Gran Canaria que maridaba de cine con un Vino Due Lú Nizza tan sorprendente como apabullante.  Ceviche de Setas Lasagna  En la parte dulce se aprecia el crecimiento y autoconvencimiento de Francesca en llevar sus postres al nivel de los salados. El trío que conforman el Mousse de Gofio, el Brownie con Crema de Cacahuetes y sobre todo, la Tarta de Aguacate, un final por todo lo alto y sin fuegos artificiales ni azúcares añadidos de por medio. Postres con ingredientes claros, sabrosos y reconocibles. Sobresaliente. Trío de Postres La experiencia gastronómica en Berro Bistrot va más allá de la carta. El hecho de que el restaurante esté gestionado por el matrimonio que forman  Francesca Hunt en cocina y Marco Nardini en sala se percibe en cada detalle del servicio. Marco aporta ese calor humano y cercanía que transforma cada comida en una visita a casa de amigos, donde la atención nunca es invasiva pero siempre es precisa y amable. El ambiente es íntimo, elegante pero desenfadado, perfecto para degustar vinos naturales canarios, italianos con mucha personalidad y descubrir las historias detrás de cada ingrediente. El progreso de Berro Bistrot es evidente: en poco tiempo han logrado captar no solo a la comunidad vegetariana y vegana, sino también a curiosos y gourmets dispuestos a dejarse sorprender. Su constante renovación del menú, la participación en eventos gastronómicos y la firme apuesta por productores locales han elevado su reputación hasta el punto de que muchos consideran que es, hoy por hoy, el mejor restaurante vegetariano de Canarias. Berro Bistrot representa la evolución natural de la cocina vegetal en Canarias, donde el trato extraordinario de los vegetales y el compromiso con una visión honesta y cuidada lo han convertido en un destino gastronómico imprescindible. Una auténtica joya para quienes buscan platos creativos y bien ejecutados, y un ejemplo de cómo la pasión familiar puede transformar el panorama culinario local.  Marco y Francesca En unos días donde el Restaurante Eleven Madison Park de Nueva York, con 3 Estrellas Michelin, anuncia que incorporará de nuevo las carnes y pescados a su propuesta, es de aplaudir, cuidar y apoyar propuestas como la de El Invernadero en Madrid (mejor restaurante vegetariano del mundo) o Berro Bistrot en Las Palmas de Gran Canaria, me reitero y reafirmo que para mí, el mejor restaurante vegetariano no sólo de Gran Canaria, sino de toda Canarias.  Y si no me creen, dejen sus prejuicios fuera y atrévanse a probar su cocina, ¡No se arrepentirán!. Su Instagram es @berro_bistrot y desde ahí podrán conocer su ubicación (Las Canteras), horarios y reservas. Vinos de Italia Berro Bistrot Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter), BlueSky y Canal de WhatsApp bajo el nick de @javiers_gastro.

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San Sebastián 57, el diálogo perfecto a través de la cocina entre Canarias y Cantabria

La constante evolución de Alberto González Margallo en la cocina sitúa a este pequeño rincón de la capital tinerfeña en un oasis gastronómico por sí mismo, alejado de tanta experiencia japonesa sin alma y repetitiva que inunda gastronómicamente hablando el centro de la ciudad chicharrera. Hoy nos desplazamos al  corazón de Santa Cruz de Tenerife, a pocos pasos del Mercado de Nuestra Señora de África y bajando el Estadio Heliodoro Rodríguez López por la calle que da nombre al lugar al que nos referimos,  el Restaurante San Sebastián 57. Este restaurantes se erige por méritos propios como uno de los templos imprescindibles para los amantes de la buena mesa en toda Canarias. Bajo la mirada y el alma del chef cántabro de nacimiento y canario de adopción,  Alberto González Margallo, este restaurante ha sabido consolidar una propuesta única que fusiona con maestría la tradición cántabra y la esencia canaria, en un ejercicio de honestidad culinaria y respeto absoluto por el producto y la fusión de raíces, algo que Margallo lleva grabado a fuego en su ADN.  Alberto González Margallo. El local donde se ubica el Restaurante San Sebastián 57 es como una extensión de su chef, elegante y cercano a la vez, invita a sentirse cómodo, acompañado por una de las mejores bodegas de Canarias, gracias a su conexión con la vinoteca “El Gusto por el Vino”, que garantiza una carta de vinos inabarcable y cuidadosamente seleccionada. Alberto González Margallo, nacido en Cantabria y afincado en Tenerife desde 2010, ha hecho de la fusión entre sus raíces del norte y su amor por las islas su sello personal. Su cocina es, ante todo, una declaración de intenciones: respeto por la temporalidad, el producto local y la memoria gustativa, sin renunciar a la creatividad y la técnica. Margallo no busca fuegos artificiales, sino platos honestos, bien ejecutados y con alma, donde la cuchara y el guiso conviven con elaboraciones más sofisticadas. La carta es un viaje entre el Atlántico y el Cantábrico. Platos, productos y elaboraciones viajan “entre aquí y allí” como si de un vuelo de BINTER se tratara, disfrutar ambas cocinas con el buen hacer de alguien que ama, respeta y conoce ambas tierras como la palma de su mano. Menú Degustación o Carta porque la cocina de Alberto está hecha y pensada para que el cliente disfrute con lo que le apetezca en cada momento. En esta visita que yo hice durante la celebración de GastroCanarias 2025 quise jugar y me puse en las manos del chef, que decidió sacarme algunos platos que yo no había probado y que navegaban entre las dos propuestas. Comenzamos por uno de sus imprescindibles, el tartar de camarón soldado local, base de remolacha y jugo de sus cabezas, que acompañado con un falso pan crujiente espolvoreado con polvo de las carcazas del propio crustáceo es una golosina por sí mismo. Un refrescante plato de pepino en diferentes texturas, similar a un gazpacho pero más elegante, servía para refrescar el paladar y acomodarte para lo que venía a continuación. A su vez, las vieiras a la plancha sobre un elegante pilpil o la carrillera de cochino negro con curry rojo de Pedro Ximenez y batata asada con mantequilla de leche de cabra fueron bocados muy top. Tartar de Camarón Soldado Pero me voy a detener en dos platos que merecen un comentario destacado tanto por su calidad gustativa como por los ingredientes que protagonizaban los mismos. El primero de ellos, el Pámpano, del que el propio Margallo resalta que “siempre hablamos de sostenibilidad y no nos damos cuenta que la misma viene en gran parte por nosotros, los chefs profesionales en los restaurantes y como debemos buscar el aprovechar el 100% de un producto. Si en el caso del Pámpano solamente aprovechamos los lomos estamos desaprovechando el resto del pescado y su forma de darle valor en el plato, cosa que hemos querido cambiar en esta elaboración”.  El plato ya lo tenía en mesa y era elegante a la vez que atrayente, para ello Margallo nos cuenta que “cocinamos los lomos a baja temperatura, mientras con las cabezas y las espinas usando un aove de aberquina de Tenerife hacemos una especie de mahonesa emulsionando hasta conseguir la textura. Terminamos el plato con la piel deshidratada al estilo chicharrón, con lo que aprovechamos el pescado al completo, de nuestras costas y rocas, no necesitamos que sea exótico ni importado para ello”. Lo que pienso del plato lo supo el servicio cuando el mismo llegó completamente limpio al terminarlo, lo rebañé con el plan hasta el último rincón del mismo. Para cerrar el menú Margallo quería que probara un Jarrete de Cordero Lechal de Tenerife, cocinado a 65º durante 48horas, sobre una reducción de su propio jugo y acompañándolo de patacón de papa negra de Tenerife y hojas crujientes. Si leerlos les abre el apetito ya les digo yo que escribirlo me dan ganas de coger un BINTER y volverme a su mesa. Pámpano, Jarrete De postre me fui a algo divertido donde Margallo juega con la marchita (maracuyá en Gran Canaria) en forma de espuma, un crumble de galletas y corazón de Amareto helado. Sabroso y fresquito a partes iguales, dándole el broche perfecto a una cena de sobresaliente. Todo ello sin olvidarnos del servicio, donde la cercanía y profesionalidad se funden buscando la confortabilidad del comensal y conocedoras como son de cada plato, sus explicaciones en mesa son perfectas por lo directas y sencillas, algo que se agradece mucho. Notable trabajo en constante crecimiento la sala de San Sebastian 57 que a día de hoy es femenina en su totalidad. Espuma de Parchita o Maracuyá San Sebastián 57 es mucho más que un restaurante de fusión: es el resultado de una trayectoria coherente y apasionada, donde Cantabria y Canarias dialogan en cada plato. La cocina de Alberto González Margallo es un homenaje a la tierra, al mar y a la memoria, con una mirada contemporánea y sin artificios. Un imprescindible en la capital

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Bar Restaurante El Gamonal, un paraíso para los amantes del “bocata de toda la vida”

En un pequeño rincón de Las Alcaravaneras, el matrimonio conformado por Miguel y Esther Rodríguez elevan la condición de bar/cafetería/restaurante con unos bocadillos de los que ya no se ven ni se saborean. El Bar El Gamonal es uno de esos rincones que acogen a centenares de clientes semana a semana, muchos de ellos ya casi familia, pero que suelen pasar muy desapercibidos para los que nos dedicamos a escribir de este saturado mundo de la gastronomia, donde brillan aperturas excéntricas y nos olvidamos de poner en valor a la gente que lleva años bregando a pie de calle. Es por eso que este Juernes de Por Fogones va dedicado al Bar Restaurante El Gamonal, pero puede ser considerado un pequeño homenaje a todos los que hacen este trabajo en barrios, calles y pueblos de toda Canarias. Bar Restaurante el Gamonal Conocí a Miguel y Esther cuando fui jurado en la Ruta de la Tapa Calles Con Arte que celebró la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria allá por el mes de marzo. Había pasado un millón de veces por delante de su bar, posiblemente me habría tomado más de uno y de dos café y una de sus pulgas de pata, pero mi snobismo o falta de vista no me había hecho fijarme en serio en ellos.  Ahí entono mi mea culpa (y el de muchos escribidores gastronómicos de toda España) que nos hemos vuelto tan elitistas que olvidamos las raíces de nuestra esencia como son los bares de toda la vida. Se nos llena la boca pidiendo Estrellas Michelin para la gente que cocine de verdad, pero después pasamos de largo por esos sitios donde sí se cocina de verdad.  En esa ruta de la tapa descubrí un matrimonio con algo especial en la mirada y en su forma de trabajar, de hecho tuvieron un reconocimiento especial por parte de nosotros, el jurado, por su manera de cuidar y tratar el recetario tradicional. Pero a partir de ahí, cuando he ido al Mercado Central a comprar en ocasiones me he metido a tomar un café o echarme un bocadillo y poco a poco he descubierto un tesoro oculto que tenemos en la ciudad. Mis ojos empezaron a abrirse en serio con algo tan sencillo como su bocadillo de pata, “no llega nunca al mediodía, en formato pulga o normal, es un fijo de la casa”, me contaba Miguel.  Mientras estaba tomándome el bocata de pata llegó otro cliente y le pedió un “pepito de ternera” y ahí se me erizaron los pelos, hacía años que no escuchaba pedir un pepito y menos que un local lo tuviera. Cuando le pregunté a Miguel me dijo que era otro de esos bocadillos que llevan haciendo años y que no pueden ni quieren quitar de la carta. Quedé con él en que pronto iría a probarlo, cosa que hice a la mañana siguiente. Y créanme cuando les cuento que el día que probé el pepito de ternera con su majado de perejil y el queso fundido casi me echo a llorar. Me recordó a esos bocatas que de joven sí podíamos encontrar en cualquier bar de Guanarteme y que hoy han sido sustituido por modernidades alejadas de cualquier atisbo de alma y por supuesto, menos sabor y calidad que este.  Esther me decía que “hago el majado de ajo y perejil todas las mañanas, el entrecot lo corto yo a diario según me lo traen del Mercado Central y lo hago como si fueran para mí, no concibo otra manera de cocinar que desde el cariño y respeto a mis clientes”. Yo les digo que desde ya es un bocata que repetiré sin descanso al menos una vez al mes porque ese perfecto corte de la carne y la calidad de la misma dejan en paños menores a miles de hamburguesas malas que surgen en cada esquina. Pero hablando con Miguel y Esther mi sorpresa y ganas de seguir conociendo bocatas aumentaban, “todos los viernes hacemos un bocata de albóndigas que gusta mucho, los jueves uno de carne mechada que es otro de los imprescindibles de la gente y también hago el bocata de croquetas del día”. Con esos datos estaba claro que tenía que seguir yendo. Y así fue, el siguiente viernes acudí a probar el de albóndigas, que también venden por tapas y raciones pero que en bocadillos es un auténtico deleite. Con su salsita de tomate y el queso es de esos bocados que te hacen cerrar los ojos de felicidad, “compramos unos 5kg de carne cada viernes y solo en bocadillos son más de 50 antes del mediodía. Quien lo sabe ya viene todos los viernes desde las 7 de la mañana a por su bocata de albondigas”.  ¡Y no me extraña!, es una absoluta locura de bocadillo. Al igual que en el de Entrecot se nota la mano de la Canicería Lorenzo Santana, que desde el Mercado Central les suministra las carnes que usan en esta santa casa. Y los panes, de La Madera, pan de verdad, más de 200 grandes y unas 100 pulgas que se venden diariamente solamente en bocadillos de todo tipo. “El pan siempre es de La Madera, panes de verdad con gente de aquí, no congelados ni similares”, como bien se encarga de recalcar Miguel y Esther. No me iba a ir sin probar el bocata de croquetas que recuerdo comía en el Bar Ñoño de antes, el de toda la vida, cuando terminaba de jugar el futbol o coger olas en La Cicer. El de Esther es espectacular por lo ricas y sabrosas que son sus croquetas de pollo, ahora me falta probar el de croquetas con gambas al ajillo que hace algunos viernes.  Como toque final no solo de carnes viven los bocatas del Gamonal, el de pámpano a la plancha con su limon es suave y sabroso a la vez, “compramos y preparamos el pescado a diario para que no se llene

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La nueva propuesta del Nami Sushi Bar en el Perchel Beach Club, un acierto rotundo.

La nueva propuesta que fusiona la cocina japonesa y nikkei en el Perchel Beach Club, una razón de peso para disfrutar un día en el que es para muchos el mejor Beach Club Gastronómico de toda Canarias. El Nami Sushi Bar, ubicado en el excelente Perchel Beach Club, se presenta como una de las propuestas más atractivas y sofisticadas del panorama gastronómico del sur de Gran Canaria. Su carta, elegante y sin artificios, está cuidadosamente diseñada tanto para los amantes de la cocina japonesa tradicional como para quienes buscan sabores frescos, ligeros y con guiños nikkei, todo ello en un entorno privilegiado frente al mar. Piña Colada frente al mar Lo que más destaca de Nami Sushi Bar es su capacidad para ofrecer una experiencia culinaria sabrosa y refinada, sin caer en excesos ni complicaciones innecesarias. Cada plato está pensado para resaltar la calidad de los ingredientes y la pureza de los sabores, permitiendo que el producto sea el verdadero protagonista. La presencia de opciones veganas y propuestas de autor, como el tofu katsu o el nami nori de tofu, demuestra una sensibilidad hacia las nuevas tendencias y preferencias del público actual. Entre los platos que degustamos estaba el karaage yakiniku (pollo frito con salsa barbacoa) o el Emi Furai, espectacular langostino rebozado en panko con mayonesa de yuzu. Ambos entrantes nos sorprendieron por su sabor, presentación y contundencia. Aquí los platos vienen ideales para compartir, grandes y con cuerpo. Gyozas Continuamos con las Gyozas de las que probamos dos versiones de las tres disponibles (vegetales y langostinos) acompañadas de salsas caseras, seguían siendo perfectas para compartir. En los nigiri nos decantamos por los flambeados donde sobresalía un imponente Nigiri de Wagyu Kagoshima A5 al que la llama previa y el ahumado después le daban el toque justo para que su grasa se convirtiera en pura mantequilla. Podría pasarme el día entero a bases de este bocado, ¡ESPECTACULAR!.  A su vera muy sabroso los de Maguro (atún con mayonesa de sésamo), el Sake Teriyaki (Salmón con salsa teriyaki) o el Omaru Emi (Cigala con mayonesa de yuzu).  Secuencia de Nigiri Divertidos y originales los Nami Nori Tako, versión de la casa de un taco mitad mexicano mitad oriental donde la tortilla de trigo se sustituye por una hoja de alga y me gustaron mucho los de pulpo o el de cangrejo de concha blanda. En los Uramaki, soberbio el Ebi Panko donde el langostino crujiente se funde con precisión junto al aguacate y el tobiko. No me convenció tanto el Roll denominado Rainbow porque no comparto esa cobertura a base de tres cortes de pescado como fueron la lubina, el salmón y el atún. Creo que menos es más y en la cocina japonesa cada pescado tiene su espacio.  En los postres probamos una muy correcta tarta de queso cremosa con yuzu, todo hay que decirlo. Eso sí, Nami Sushi Bar es una apuesta segura para quienes buscan calidad, autenticidad y creatividad en un entorno inigualable. Ebi Panko  La nueva propuesta de Nami Sushi Bar se suma a la consolidación de La Arrocería, considerada ya una de las tres mejores de la isla, y a la transformación nocturna del espacio en el Restaurante El Refectorio de Agata. A esto se añade la original oferta de bocadillos del Oxean Club, completando un concepto gastronómico único en Canarias. Todo ello, unido a unas instalaciones de primer nivel, posiciona al Perchel Beach Club como el epicentro culinario más completo y atractivo del archipiélago. El entorno del Perchel Beach Club eleva la experiencia gastronómica con sus vistas al océano, instalaciones modernas y un ambiente relajado, ideal tanto para comidas en familia como para encuentros entre amigos. La puesta de sol desde el club es, sin duda, uno de los grandes atractivos, convirtiendo cada visita en un momento memorable. Un planazo para los que vayan el sábado a la Romería de Arguineguin y quieran descansar el domingo de tanto tenderete, ahí lo dejo. Momo, Eugenio, Benito y un servidor. Y con este artículo nos despedimos hasta el mes que viene. Espero que disfruten si cogen unos días de asueto, muchas gracias por seguirnos con tanto cariño en toda esta temporada.  Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter), BlueSky y Canal de WhatsApp bajo el nick de @javiers_gastro.

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