Luces, Sombras y Reflexiones que nos deja la Guía Michelin 2026, los Oscars de la gastronomía
Pequeño resumen de entrevistas y reflexiones una vez terminada la Gala Guía Michelin 2026 a través de declaraciones efectuadas por chefs, prensa gastronómica y creadores de contenido. La Gala Guía Michelin 2026 constituyó el ya tradicional encuentro anual donde la denominada alta gastronomía de nuestro país se reúne para celebrar la alegría que infunde el verse parte de este “circo”, palabra que este año tomó más sentido que nunca en el apabullante e impresionante marco del Espacio de Artes Escénicas y Entretenimiento SOHRLIN, propiedad de Antonio Banderas. Empezaré recalcando que lo mejor de la noche fue la majestuosidad del escenario, su inenarrable pantalla en 3D y los números circenses del mismo que aliviaron la tediosa y plomiza presentación de un profesional como Jesús Vázquez, que sin duda alguna, no tuvo su mejor noche. Totalmente desubicado, queriendo ser protagonista con comentarios fuera de lugar, llevó en caída libre la presentación del acto con continuas equivocaciones y un cierre del mismo indigno para la importancia del evento y lo que se supone deberían ser las tablas de alguien contratado para ello. Cualquier parecido con Berta Collado el año pasado o Andreu Buenafuente con el acompañamiento de Silvia Abril hace dos ediciones fue pura coincidencia. Sobre la gala en sí es de justicia reconocer que resultó excesivamente larga, no logro comprender como es posible que no se ajuste la dirección a que en menos de 90min, 120min a lo máximo, esté “todo cocinado”. Es algo para hacérselo mirar en la organización e intentar recortar toda la almagama de discursos políticos y de patrocinadores que causan más animadversión que apoyo a las marcas o instituciones. En cuanto a los premios, empiezo por Canarias. Podemos decir que estamos de enhorabuena porque no perdemos ninguna estrella, primer logro, y en ello incluyo a “nuestra estrella madrileña” Gofio. La recuperación de la Estrella Michelin que por traslado al Hotel Gran Tacande había perdido el Restaurante Haydée. Y la maravillosa sorpresa que constituyó la más que merecida Estrella Michelin recibida por Seve Díaz para la localidad norteña de Tenerife, Puerto de la Cruz. A nivel nacional destacaría que la polémica con la Estrella Verde se ha visto zanjada por la explicación que se dio acerca de la misma en la propia gala, recalcando que no es una certificación ambiental sino un impulso para impulsar un diálogo entre restaurantes, un símbolo que agrupa a una comunidad dinámica e innovadora de profesionales comprometidos”. Junto a ellos, los premios a Mejor Sala, Sumiller, Joven Chef y Chef Mentor, figura esta última que recayó en Quique Dacosta. Con respecto a los 2 Estrellas Michelin la gran ganadora ha sido Barcelona con cuatro nuevos establecimientos en esta categoría y una más para Madrid. Grandes nombres son Albert Adriá quien se llevó una de las grandes ovaciones de la noche, al que se le notó en demasía su hastío por tardar tanto tiempo en obtener dicho galardón por el que no mostró ninguna emoción, casi todo lo contrario diría yo. Por otra parte de reconocer el trabajo de Paulo Airaudo, que con este ya son 8 las Estrellas Michelin que posee por medio mundo y aquí liderado con maestría en la cocina a través del jerezano Rafa de Bedoya. Paulo, que genera tantas pasiones como críticas en el sector, realizó un elegante homenaje a su jefe de cocina declinando ponerse la chaquetilla y dejándole a quien de verdad va trabajando el día a día de Aleia, todo el protagonismo. Ahí es donde se demuestra la categoría humana de un grande, y Paulo lo es, doy fe. Paulo Airaudo y Rafa de Bedoya Sobre los restaurantes con 3 Estrellas Michelin, pues “ni chicha ni limoná”, por mucho que se había circulado quinielas y apuestas que trajeron a Málaga a algunas casas con todos sus equipos y que se fueron con un sabor agridulce. Me llama poderosamente la atención que la guía haga esto con los dos estrellas pero no se atreva a hacer algo que he visto en la serie documental “Al Filo; En búsqueda de la Estrella Michelin”, donde se invita a restaurantes a la ceremonia y no se les da reconocimiento alguno. Y tras la pertinente y necesaria dosis de información, aquí empiezo mis reflexiones. No entiendo ni comparto que casas como Ricard Camarena, El Culler de Pau, Coque o Deesa no estén en la más alta categoría de los restaurantes de la guía. Aquí también podríamos poner a Amelia, pero como están en plena fase de traslado al Hotel María Cristina, pues ese margen de tiempo que tienen añadido. En la misma línea me parece inconcebible que StreetXO no tenga su más que merecido galardón o que El Invernadero, Bagá y La Salita estén aún con una única estrella nada más. Hay cosas que se escapan por completo de mi raciocinio, más cuando este año he cenado en un Estrella Michelin de Valladolid, con apellido de laboratorio, donde tuve una experiencia más cercana a Pesadilla en la Cocina que a un restaurante presente en la guía roja. Esto es algo que deben los inspectores hacérselo mirar, ganar una estrella no tiene por qué ser vitalicio, y en el sector son muchas ya las voces que piden a los inspectores que se pongan serio porque si no, se corre el peligro de perder el prestigio conseguido en estos 125 años. Creo que habrá que decirle a Rodrigo de la Calle, Javi Olleros, Bego Rodrigo, Pedrito o Ricard Camarena que pongan más pichón y menos verduras en el menú degustación porque si no, pasa lo que pasa. Qique Dacosta En cuanto a Canarias en general tengo la sensación que sufrimos un momento de estabilización o si hablamos de ciclismo, “etapa valle”. Me preocupa que, centrándonos en la isla de Gran Canaria, si exceptuamos la nueva etapa que BEVIR ha comenzado en el Hotel Lopesan Costa Meloneras, no encuentro propuestas que aspiren a entrar en la Guía Michelin a corto plazo, y en el fondo es que puedo hasta comprenderlo. El comensal “de calle”








