Javier S Gastro

Críticas

Rígolo, auténtica cocina italiana con sabor a raíces caseras y familiares de la Campiña Romañola

Gran Canaria está de enhorabuena con el nacimiento de Rígolo, un pequeño rincón que respeta, cuida y trabaja la cocina italiana poniéndola en el verdadero valor y lugar que se merece. Son muchos, centenares diría más bien, los restaurantes italianos que se reparten por toda España y que no son más que una correlación de errores en su concepto y en algunos casos ejecución plato tras plato. Hoy les vamos a llevar de la mano a Faenza, un pequeño rincón ubicado en Emília Romagna, de donde procede Matteo Pierazzoli, un chef que lleva muchos años afincado en España y cuatro concretamente en Gran Canaria, que ha decidido abrir lo más parecido a esas trattorías clásicas de su pueblo. El resultado no puede ser más prometedor. Así es y así se come en Restaurante Rígolo. Matteo Pierazzoli en Rígolo Conozco a Matteo desde que llegó a Gran Canaria procedente de Asturias, concretamente del Restaurante Casa Marcial, el cual logró este año su tercera Estrella Michelin. El aterrizaje en la isla de un cocinero con mucho prestigio a nivel nacional tuvo un sello especial, el del amor, su pareja era grancanaria y hasta aquí llegó él. Tras una temporada llevando junto a Rafael Bueno los fogones del Restaurante Embarcadero se trasladó al sur, concretamente a Meloneras, donde Ceniza fue su casa. Pero en su cabeza llevaba mucho tiempo la idea de volar solo, de centrarse en hacer la cocina italiana tradicional que llevaba arraigada en su corazón desde niño y que en España aún no se había atrevido a acometer. Mientras Matteo me enseñaba los diferentes espacios de su restaurante no podía dejar de sorprenderme porque lo que era el Santullán, un local con mucho arraigo en la capital grancanaria, se ha transformado en lo más parecido que he visto en la isla a una Trattoría italiana. Mesas de en dos salones, un reservado, mesas altas por el local y una barra que es una auténtica delicia, de hecho en ella es donde yo almorcé y les invito a ustedes a que la prueben. Pasta Fresca Uno de los platos fuertes de la casa son los embutidos y los quesos, todos italianos e importados directamente desde su región, “no quise y no quiero trabajar con los quesos o embutidos italianos que la gente tiene aquí en la isla y que son distribuidos por diferentes empresas. Las tablas de quesos y embutidos es uno de los platos más característicos de cualquier trattoría que se precie y es por ello por lo que voy seleccionando a distancia las piezas y cortes de distintos productores artesanales de Italia, y cuando tengo una cantidad ya suficiente para llenar un pallet, lo importo directamente. Con ello me atrevo a garantizarle al comensal que nuestra tabla es única”, me decía Matteo con brillo en los ojos y el aplomo del que sabe está haciendo algo especial.  Con una propuesta ideal para comer en barra y otra más pensada para la mesa comenzamos a viajar por los diferentes quesos y embutidos de la Italia más profunda. Inolvidable para mí gracias a su sabor, textura y original de la pieza fue la Coscia d’Agnello Cotta (o lo que es lo mismo un jamón cocido, ¡de cordero!). Si tienen suerte de que tenga, no lo duden, pidan que venga en su tabla. A partir de ahí todo tenía sabores únicos entre los que destacaría la Sopressa Dama Blanca, el Salame a punta de cuchillo o la Coppa. En los quesos es emocionante ver como cada región habla de su cocina y territorio a través de los mismos. El queso Blue de Nicoleta, muy difícil de conseguir fuera de Italia y que en este menú lo probaremos a cucharadas y en un plato posterior, es toda una declaración de intenciones y un embajador por sí mismo de las queserías artesanales italianas. Jamón de Cordero Queso Blue de Nicoleta En los platos fríos de barra o fritos, atentos con su Ensaladilla Rusa (mucho mejor de lo que el propio chef cree que es), imprescindibles las croquetas de jamón (recordemos que viene de Casa Marcial, una de las mejores croquetas de España), pero imprescindibles por su sabor y originalidad serían los Buñuelos de N’duja y la Sarde en Saor (sardinas en escabeche con cebolla de Gáldar, piñones y pasas). Deslumbrante la Alcachofa a la brasa con Panceta curada o el Cordero (de Mercados Agrícolas de Gran Canaria) asado a la manera tradicional con láminas de champiñones Portobello, pura gaolosina. En mi próxima visita no perdonaré los espárragos en tempura, el chorizo parrillero de cochino negro canario o las Polpette della nona o lo que es lo mismo, las albóndigas de la abuela. Esta barra va a dar mucho que hablar, se los aseguro. Alcachofa con Panceta Entrando en materia con la pasta déjeme que comience con un aviso, ¡aquí no se cocinan pizzas, NI FALTA QUE LE HACE!, aquí se vienen a conocer algo a lo que no estamos acostumbrados, aquí se viaja a Italia por medio de pasta fresca hecha en el local o por otras pastas importadas directamente desde Italia para algunos platos específicos y que son todo un descubrimiento. Probé un trío de pastas que comenzó con un primero por todo lo alto, Ravioli de Espinacas y Berros o el máximo ejemplo de algo que Matteo quiere dejar claro, “la unión entre Italia y Gran Canaria en mi cocina, esta tierra me lo ha dado todo, incluso a mi hijo, y yo quiero devolverle un poco con mi cocina”. Este ravioli hecho a mano relleno de tricota, espinacas y berros de Firgas con mantequilla de cabra y láminas de queso de oveja de Pajonales, es todo lo que un gran plato de pasta debe tener. Este plato viene coronado con un toque de ralladura de limón que ayuda a rebajar tanta potencia, “mi abuelo me decía siempre que el queso cansa y solía ponerle algo de limón a la pasta fresca mientras la elaboraba, yo prefiero añadirle una ralladura final

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MORAL, un restaurante destinado a marcar un sello propio en Santa Cruz de Tenerife

Aunque lo he visitado en enero de este año 2025, Moral entra directamente a mi número 1 de todos los restaurantes nuevos que he visitado o que han abierto en Canarias durante el año 2024. Conozco a Icíar Pérez y Juan Carlos Pérez-Alcalde (“por favor, ponme el apellido bien, que es compuesto y nadie lo hace”, me comentaba entre risas Juan Carlos) desde que ella encendió los fogones de Poemas by Hermanos Padrón, donde consiguió una Estrella Michelin y Juan Carlos formaba parte de su equipo. Muy pronto supe que esa joven herreña tan tímida como decidida tenía un esplendoroso futuro en la gastronomia.  Ha sido en Tenerife donde ella y su pareja personal y profesional han decidido echar raíces y de ahí nació su proyecto, Restaurante Moral, que en 6 meses de vida han conseguido hitos con los que ninguno de los dos contaba como son el BIB Gourmand Michelin o estar nominados a Mejor Cocineros Revelación Madrid Fusión 2025.  Icíar Pérez y Juan Carlos Pérez-Alcalde Moral es un local tremendamente acogedor, con una muy buena iluminación gracias a las múltiples ventanas y con 7 mesas, una en reservado,  una pequeña barra que solo usan para momentos especiales pero donde yo viví la parte final del menú y les aseguro que es una maravilla, o como diría nuestro querido Angel León, “Gloria Bendita”.  El menú comenzó con con una Gilda de bienvenida que Icíar monta cada mañana y créanme cuando les digo que sería medalla de oro en el País Vasco. Boquerón y encurtidos de calidad que invitaban a tomársela con una cañita, seguir con dos platitos y avanzar el día, una opción que tienen a su disposición en una barra que creo que ni ellos son capaces de ver el juego que puede dar. Gilda Barra Decidí hacerme un mix de platos a partir de la carta para probar más cositas aunque también tienen un menú a 50€ bastante interesante. Comenzamos con una berenjena asada y glaseada, a la que se suman unas láminas de champiñones y un tartar de anguila convirtiéndose en un plato estratosférico. Las acelgas siguen demostrando la gran cocina y talento que Icíar y Juan Carlos llevan dentro. Salteadas con pasas, sobre una sopa de quesos curados y toques azules en el fondo es uno de esos platos que piden pan (y aquí es de los buenos) para dejar el plato impoluto. Quise jugar a probar “Los Tomates” y creo que fue un acierto total. Mucho más allá de la calidad excelsa de los tomates, cultivados y criados por un agricultor tinerfeño que solamente cultiva tomates, su aliño los ensalzaba aún más. Hay que resaltar que las verduras que se consumen y trabajan aquí son todas de agricultores pequeños, ecológicos y de la isla, algo muy de poner en valor Berenjena Del monte pasamos al mar a través de una cigala con mojo hervido donde se funden los moluscos con la manera más especial de hacer nuestros mojos, que es a fuego lento y por tiempo. Acompañada por un pan brioche casero, el conjunto entero es “de 10”. Me adentré en un plato muy especial y poco visto en Canarias si de pescados hablamos como es la raya. Aquí con toques franceses a causa de una salsa de mejillones elaborada a fuego lento durante horas, que con las alcaparras fritas y el punto de cocción sublime al vapor del propio pescado, da lugar a un plato que o mucho me equivoco o no podrán quitar de su propuesta. Cigala En el tránsito hacia los dos platos de carne hizo su aparición unos “garbanzos arreglados” con foie donde su punto de cocción al dente los elevaban a la categoría de matricula de honor. Un plato de cuchara de los que ya no encontramos en los restaurantes y que me hizo mojar pan hasta dejar el plato limpio por completo. Notable el pato con salsa de naranja y orejones, una versión muy particular del clásico pato a la naranja que tanto podemos encontrar en restaurantes chino, soberbia la molleja y absolutamente untuosas las codornices en jugos de pimiento asado, ¡para comer con las manos! como marcan los cánones. Como cierre, unas mollejas a la brasa con coliflor frita que estaban para derrarmar lágrimas de placer. ¡Qué poco casqueros somos los canarios!, así que cuando alguien las hace bien, me tiro de cabeza a esa parte de la gastronomía que tanto me apasiona. Garbanzos Codorniz Molleja En la parte dulce muy notable la “calabaza en su tierra” donde se juega con distintos ingredientes y texturas que rodean esa tierra donde nace la calabaza. Pero me tengo que detener en el siguiente pase, su flan. Y si usted me lee ya conocerá mi debilidad y pasión por los buenos flanes, celebro cada vez que encuentro uno y que en esa casa no se cocinan falsas tartas de queso. Pero es que el flan que nace de las manos de Juan Carlos no se puede describir con palabras, no existe ninguna que le haga justicia a esa perfección en todos los sentidos del mismo. Textura, sabor, acompañamiento donde se huye de la nata y se trabaja un chantilly de Mascarpone y la dosis justa de caramelo residual en la base del plato.  Si pudieran verlo se darían cuenta que el flan baila al compás de la cocina y esa es la más enérgica señal de flechazo a primera vista entre el postre y su comensal.  FOTO 7 Flan Para terminar la comida el broche viene en forma de café, donde se huye de la cápsula y se elabora en cafeteras italianas particulares para cada mesa con un café de Ecuador medido y equilibrado. Una bodega coqueta pero bien medida y un impecable y cercano servicio de sala con         al frente y que le harán la visita más placentera. Está claro que Moral ha nacido con marcha firme, como bien reafirman su más que merecido BIB Gourmand de la Guía Michelin a solo 4 meses

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Coque, los Hermanos Sandoval te llevan en un viaje gastronómico con raíces, alma y sabor a España.

La familia Sandoval en Coque va catapultada como un cohete a conseguir la Tercera Estrella Michelin más pronto que tarde. Madrid hace tiempo que merece incorporar algunos restaurantes a esta liga y esta casa está tocando la puerta con más aplomo y buena cocina que nunca. Conozco muy bien a los hermanos Sandoval desde hace años, Mario en cocina, Juan Diego en sala y Rafael en bodega desprenden un aroma especial de esos que no se trabajan, simplemente se sienten. He estado en Coque muchas veces, tantas que desde el 2017 no he dejado de visitarlos ni una sola vez en cada año, por lo que en este 2024 no podría fallar a mi cita anual aunque trasladara el momento de enero a diciembre.  FOTO 1 Cuando un madrileño le pone Chamberí a su menú es una clara declaración de intenciones que busca llevarte por sus raíces, por su alma, por su Madrid del alma. Y eso sucede en Coque desde ese bar donde te tomas los primeros bocados acompañado de un cocktail y dejando fuera cualquier problema que tuvieras en la cabeza. Ahí te das cuenta que en este viaje, tu viaje, el protagonista eres tú. La ostra gallega con esencia de jalapeño y perlas de Bloody Mary es el bocado perfecto para arrancar la experiencia, te abre las papilas gustativas y es como esa chispa que el cuerpo no sabía que necesitaba pero que al llegar la disfrutas como nunca. El espacio Ónix dedicado al Jamón Ibérico 5 Jotas, el viaje por los vinos del mundo en su Bodega y beberte Andalucia en la Sacristía, con el toro de lidia como protagonista, es una secuencia que te aleja de los anodinos y aburridos snack de bienvenidas típicos y repetitivos para seducirte con la maestría de Laura, que te prepara y presenta todos los bocados y el saber estar de Alex Pardo, Mejor Sumiller de España 2023 y que te muestra los tesoros ocultos y públicos de un espacio que embruja por sí mismo. Ese maridaje Premium de Vinos de España, una elección que emociona viéndola pero que pone los pelos de punta en cada pase, como así tuve ocasión de comprobar.  Creo que las bodegas de Coque y El Celler de Can Roca, a la que sumaría la de Espirit Roca, deberían ser patrimonio nacional del buen hacer y mejor conservar. Son historia vitivinícola no sólo de nuestro país, sino del mundo entero. Secuencia de Maridaje junto a Alex y Laura trabajando en los primeros pases.Cuando el ascensor te devuelve a la parte alta visitas la cocina, ese punto donde puedes observar como el equipo se desenvuelve con la precisión de una orquesta, todos saben cual es su función y trabajan por y para ello. Y llega el momento culmen, sentarte en la sala de Coque. La Sopita de Cocido Madrileño con espuma de hierbabuena solamente tiene un problema, y es que es “sopita”, me habría tomado un litro entero de la misma. Es increíble como en un “buchito” como diríamos en Canarias puede haber tanta potencia, sabor y hasta recuerdos me atrevería a decir. No me cabe duda que esta sopa viene heredada de doña Teresa Huertas, la matriarca de la familia, que muchas veces se las hizo de seguro a sus retoños. A partir de aquí un viaje que en el que no les destacaré el 100% de todo lo que lleva cada plato porque sería estropear la sorpresa que va llegando a la mesa en cada ocasión. El mar con ese Carabinero del Atlántico o las Huevas de Botarca con un mole verde poblano que en el recuerdo me parecía un mojo verde canario fue un pase que me llevó a mi tierra, muestra del amor que Mario le tiene al mar y sus productos.  Carabinero Majestuoso el Ravioli de calabaza asada con avellana, castañas, caviar Osetra y bearnesa de tuétano de buey porque te llevaba a la profundidad del monte, la potencia de la grasa animal y la salinidad del caviar, un bocado excelso. Ravioli de Calabaza Otro must para el recuerdo la lubina salvaje madurada con salsa picante de chipirón de anzuelo y crujiente de choclo. Sandoval sigue jugando con el mar y montaña en cada bocado de manera impecable. Y cuando decide quedarse en la montaña te saca una Flor de Leche de oveja Ultzama con garbanzo verde pedrosillano, pesto Suero de Parmesano y perlas de albahaca. Suena y se escribe complejo pero el sabor no puede ser más rotundo y explosivo en boca. No voy a dejarme fuera el Boletus envejecido a la brasa con pil-pil de colágeno de manitas de cordero lechal.  Boletus Seguimos navegando por el mar gracias a la Ventresca de Atún en salazón con gazpachuelo y el All i pebre de anguila de la Albufera Valenciana y concretamente del puerto de Catarroja (no nos olvidamos ninguno de Valencia). La secuencia final tiene al pichón como primer pase, cocinado a baja temperatura y terminado a la brasa con su jugo, ajo negro y miel, al que el puré de berenjena con manzana verde y níscalo escabechado que le acompaña pide pan para dejar el plato limpio. Y como no podría ser de otra forma se cierra todas las visitas que se precien en Coque con su cochinillo, mi favorito en todo el país sin duda alguna y al que bajo mi tristeza inicial le sustituyeron esas hojas de lechuga que me parecían un sueño por un Saam de manita con lemon grass y fruta ácida que a la postre me convenció por completo. Cochinillo En la parte dulce Mario no deja de ser ese niño con alma de cocinero y quiere que el comensal se emocione con fantasía a la vez que disfrute con el paladar. Es por ello que creo nos encontramos ante el mejor pase dulce de su trayectoria gracias al uso de las frutas, verduras e incluso quesos en los mismos, pero no quiero desvelarles más, simplemente déjense llevar. Eso sí, en la Leche

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Rêver, el último restaurante grancanario en ingresar dentro de la Guía Michelin 2024

A escasos días de que vea la luz las novedades en la Gran Gala Guía Michelin 2025, en el mes de octubre se cerró las incorporaciones a nivel nacional en la prestigiosa Guía Michelin con la grata sorpresa de que otro restaurante grancanario, Rêver, pasa a formar parte de la misma en la categoría de “Recomendados Michelin”. “Ubicado a pocos pasos de la Casa de Colón y en pleno casco viejo de Vegueta, el barrio fundacional de la ciudad, este restaurante sorprende por su estética de aire rústico-actual, con gruesos muros de piedra natural y numerosos detalles en madera. Aquí la propuesta, con platos copiosos y sabrosos, gira en torno a una cocina internacional clásica a la que le gusta incorporar guiños a diferentes culturas (española, francesa, italiana, inglesa…). ¡El Tartar de ventresca, con aromas asiáticos, helado de wasabi y aguacate, nos ha sorprendido gratamente!”, así describe la Guía Michelin a Rêver, un restaurante que en un año de vida ya ha logrado asentarse con reconocimientos como este y al que le debía la visita desde hace tiempo y esa deuda queda saldada en un Juernes de Por Fogones con claro aroma a Michelin por la cercanía de la gala donde Canarias suena con fuerza otra vez. Réver Empecemos por la historia de la ubicación donde hoy se encuentra el Restaurante Rêver ya que ocupa el mismo espacio que durante décadas fue lo que todos conocían en la zona y por la isla como Víveres Martel, en pleno laberinto de Vegueta y en un cruce de caminos entre su call, Armas y La Pelota. El restaurante hoy tiene alma familiar ya que si Fernando Rodríguez de la Cova es el chef y propietario al frente, la rehabilitación de esta casa histórica de la ciudad y que ha mantenido toda su esencia, alma y espíritu en cada rincón ha venido por parte de su padre, el arquitecto Antonio Rodríguez González.  Me atrevería a decir que el primer pase en este restaurante se siente al cruzar sus puertas y ubicarse en el salón de la parte baja o en la parte alta. No sé si es por los años donde estas paredes ya trabajaban la gastronomía desde lo que era una tienda de aceite y vinagre de las que ya no quedan o por la ilusión que desprende la familia que lo regenta hoy. Con un coqueto y funcional reservado ideal para reuniones de trabajo y comidas en un entorno único, uno no puede parar de mirar sus paredes como enamorado de cada rincón. Salón planta baja Sin demora y presto, Julián Rincón, jefe de sala con larga experiencia y saber estar en grandes restaurantes de Gran Canaria me adelanta que Fernando ha preparado un menú degustación para que pueda probar su propuesta sin preocuparme de mirar la carta, a lo que acepto con entusiasmo. El comienzo ya es toda una declaración de intenciones con un gran pan que traen de Panalogía diariamente, una mantequilla de cabra elaborada en casa y un tomate con AOVE que es pura golosina.  La ensaladilla de gamba y pulpo se posiciona con un golpe en la mesa como una de mis favoritas e imprescindibles desde ya en la isla. El corte de las verduras y las papas junto a su punto de cocción, la espuma de gambas al ajillo, la elegancia de la gamba roja y el punch que aporta el pulpo a la brasa con pimentón, todo ello redondeado con un toque de la casa a base de pan crujiente integrado hace de la misma toda una oda a un plato que tanto amamos en Canarias. Ensaladilla  Si bien la Guía Michelin destaca el Tartar de Ventresca de atún con helado de aguacate y wasabi (que probaré otro día), Fernando me trae el Steak Tartar de solomillo y vuelve a dar otro golpe en la mesa. En un plato tan maltratado como es este y que se ve en cada esquina,  uno no puede más que valorar cuando en mesa aparece elaborado con un aroma diferente.  Empezando con el toque de picante al gusto, en mi caso un 8, continuando por la excelencia en el corte de la carne, la untuosidad del helado casero de mostaza de dijon y terminando por esa tostada de brioche (en este caso sí elaborado en casa) acompañado con una mantequilla casera de anchoas. Todo junto lleva este Steak Tartare a mi Top1 de los probados en los que llevamos de año. Así de rotundo lo siento. Steak Tartare Tras los pases fríos comienza a subir la temperatura de los mismos con unas alcachofas y boletus a la brasa, salsa de yema y espuma de queso curado. Con este plato el pan ya se acabó y estaba pidiendo reposición. Los platos llamados de cuchara en los restaurantes tristemente se está perdiendo, son pocos los que lo tienen y ya viene siendo casi más cuestión de empecinamiento que de verdad convencimiento. Es por eso, que cuando encuentro alguno siempre lo pido y aquí me dijeron que tenían dos para que yo eligiera el que más me apeteciera. A nivel particular y por temas sentimentales, la sopa de cebolla es uno de mis platos fetiche desde que en diciembre del 2009 durante una tormenta de nieve en Nueva York probé la que considero mejor sopa de cebolla de mi vida, jamás me había vuelto a sentir tan pleno y desde entonces siempre he lamentado que no anoté el nombre del restaurante francés donde la comimos ni donde se encontraba ubicado.  Cuando Julián me la nombró como una de las opciones no lo dudé aunque en mi interior me decía que sería otra de tantas que siempre compararía la de ese día y que seguiría sintiéndome nostálgico. Pero es aquí que en Rever se marcan la mejor sopa de cebolla que jamás me haya comido en Canarias, tanto por su sabor como por su ejecución y su temperatura, tan importante y descuidado casi siempre. Todo en ella era tan perfecto que no

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Sábor, una parada gastronómica a reivindicar en el sureste de Gran Canaria

Alejandro Herrera en cocina y Borja Suárez en sala fusionan su trayectoria en restaurantes con Estrellas Michelin a un proyecto con “Sábor” propio que cocina y piensa en la isla como ingrediente en sus platos y el comensal local como su referente. Hablamos de un negocio de nueva creación, aún no llevan ni un año, pero sus propietarios, Alejandro Herrera y Borja Suárez tienen algo muy claro, “hemos dejado un proyecto que nos apasionaba y nos formó como ha sido el Restaurante Aquarela con los ánimos e ilusión de emprender por nuestra propia cuenta. Nuestra aspiración con Sábor es tener una carta pequeña, platos de nuestras raíces y poder aportar algo diferente a la propuesta del sureste grancanario”. Les aseguro, es más, doy fe, que así está siendo tras haberlos visitado por primera vez.  Ale y Borja Llegar a Sábor no está a mano porque se encuentra ubicado en el barrio de Casa Pastores (Vecindario), pero les aseguro que tampoco es nada complicado porque la carretera y el maravilloso mundo del Google Maps te dirige a la primera. El local tiene un aroma especial heredado por los maravillosos Juan y Marisol cuando esta casa era El Estragón, al cual Ale y Borja le han dotado de su toque de personalidad propia. La palabra Sábor tiene un significado muy especial en nuestra lengua guanche, “El Sábor era para los indígenas de la isla de Gran Canaria un órgano consultivo y/o deliberativo al que se acudía para dirimir conflictos formado por notables, con experiencia o conocimiento en diversos campos de la sociedad canaria”. Hoy aquí se viene a disfrutar pero también a aprender y dejarse aconsejar de quienes regentan y comandan estos fogones y mesas. Me dejé aconsejar por ellos en esta mi primera visita. Durante el Congreso Orígenes Gran Canaria pude disfrutar de sus tomates en texturas con queso y aunque con ese motivo les pedí saltar este este pase, cuando ustedes vayan, no duden en pedirlo porque es espectacular. Están en pruebas con unos snack de bienvenida elaborados con queso de la zona que tengo la impresión va a gustar mucho. Sobresaliente el pan artesanal de una panadería de Vecindario con AOVE de Jaén y Sal de Tenefé para comenzar. Golosas y cremosas las croquetas de jamón ibérico con leche de oveja o cabra, según den los animales de la zona.  Croqueta Y de matrícula de honor su steak tartar aliñado en su justo punto con toques cítricos, una “mijita” de mostaza y el envolvente regusto a encurtidos que recorre cada bocado. Su acompañamiento con el pan de brioche tostado, puro vicio adictivo, se lo advierto. Directamente al top de mis steak tartar de la isla junto al de Pol en DeliciosaMarta o Danny en Neodimio60. Los tallarines de calamar sahariano es un plato de palabras mayores. En esta zona, concretamente en la Playa de Arinaga los he probado muchas veces en Nelson, pero el nivel de ejecución, maestría con los toques de mahonesa casera y su perfección como conjunto final hace que sea un plato que siempre que vuelva a Sábor quiera repetir en la mesa. Quizás mi favorito de todo el menú y uno de esos platos que bien merecen una vista por sí solo al restaurante. Steak Tartar Tallarines de calamar Como principales, soberbio el punto de cocción de la lubina dándole brasa y crunch a su piel manteniendo el interior terso y sedoso. Con espinacas baby en la base este plato gana enteros con lo que ellos llaman un mojo pero que yo considero más un falso escabeche aunque ambos coincidimos en el especial aporte que le otorga al plato.  Uno no puede dejar de tomarlo a cucharadas incluso después de haber terminado la pieza de pescado y me vuela la cabeza pensando en los escabeches que están tardando ya en cocinar por parte de Ale. El día que tenga varios platos con el escabeche por bandera, ahí estaré de nuevo para tomarlos a cucharadas y mojar pan, mucho pan. El cierre tuvo como broche una paletilla de cordero lechal cocinada a baja temperatura durante 48h, Kale, jugo de la propia cocción y una compota casera de manzana reineta de Valleseco que me hizo repetir pan para dejar el plato limpio. Si vendieran la misma para llevar, me hubiera traído una a casa. Lubina Paletilla de cordero con manzana reineta En la parte dulce venía con un chivatazo de esos que no fallan, el de una pequeña amiga de mi hija, que oyéndome decir que iba a ir a Sábor me soltó que “me gustó mucho ese restaurante cuando fui con mis padres, todo estaba rico, pero el flan me volvió loca”. Y ya saben ustedes, los niños siempre dicen la verdad, y cuanta verdad había en esta afirmación de Lourdes.  Por fin empiezo a ver en algunos restaurantes que se olvidan de la manida, fallida y aburrida tartas de queso para crear otros postres con más vida y sabor que ese repetido bocado. Yo siempre seré del team Flan y más cuando el mismo es como el de Sábor, cocinado con leche de oveja y caramelo casero. Menos es más y este es un ejemplo de ello. Pero no les mentiré, cuando les dije a Ale y Borja que yo quería el flan ellos se pusieron manos a la obra pero me pidieron que también probara el chocolate de su carta, y no les iba a decir que no. Lo que no me esperaba yo era encontrar uno de los mejores postres del año, una combinación de chocolate, toffee de plátano y gofio, que cocinados y ensamblados juntos son una auténtica explosión en boca. Dos postres que por sí solos demuestran la gran cocina de esta casa, se termina al mismo nivel de excelencia que acompañan los salados, algo que muchas veces no sucede. Flan Chocolate Cuando empecé este artículo les dije que esta era la primera vez que visitaba Sábor Gran Canaria, y permítanme que recalque lo de “primera” porque siento mientras escribo y

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El “nuevo” Gofio Restaurante da un golpe en la mesa reivindicando la Canariedad Máxima en Madrid.

Bocata de Vendimia, Tapa de Ginory, Croqueta de Pollo con Todo, Sancocho, Salpicón o Príncipe Alberto son solo algunas recetas de nuestra cocina a las que Safe Cruz se las lleva a una alta cocina llena de guiños a Canarias a 100 metros escasos de la Gran Vía Madrileña. Gofio Madrid es el restaurante de Safe Cruz y Aída González. A punto de cumplir sus primeros 10 años en el 2025 y solo 4 meses después de la apertura de su nuevo espacio, tocaba rendirles visita para conocer su nueva propuesta gastronómica. Pero  en el fondo había algo más importante que eso, tenía que reencontrarme con una “Crew” que siento como familia, mirar hacia atrás y reflexionar, quizás tarareando “como hemos cambiado” de Presuntos Implicados y que bien puede ser nuestra banda sonora durante una parte de este viaje por la Canariedad Máxima de Gofio Madrid.  Safe y Aida Mi primera visita en Gofio Madrid transcurrió allá por el año 2017, apenas año y medio después de su apertura. En una jornada llena de anécdotas, lo que iba a ser una simple entrevista se convirtió en almuerzo, copas por el barrio y vuelta a Gofio para disfrutar de la cena. Desde ese momento nuestros caminos siempre han estado entrelazados, la amistad ha ido creciendo y he sentido como propias sus alegrías como la tan merecida Estrella Michelin ganada en noviembre del 2019 en Sevilla o la apertura de ese proyecto tan ilusionante que fue CuernoCabra en la capital grancanaria. Pero no todo ha sido de color de rosas. El cierre de CuernoCabra, la pérdida de la Estrella Michelin en una de las decisiones más discutidas por el sector en los últimos años, y, sobre todo, la grave enfermedad sufrida por Toñi, “la mami de todos”, quien luchó como una jabata y que hoy toma una copita de vino todos los días, cocina para el personal y está siempre con su perenne ironía, buen humor y talante.  Es por eso que justo en el mes donde las miradas de todo el sector se focaliza hacia la Gala Guía Michelin que se celebra el próximo martes 26 de noviembre, y donde estaremos como de costumbre año a año, no dudé en darme una escapada de ida y vuelta en el día, cosa que con Binter es perfectamente factible gracias a sus frecuencias y comodidades.  Desayunar en el aire por la mañana, almorzar en Gofio y terminar la jornada con un  pequeño enyesque durante la vuelta nocturna, pequeños regalos de la vida. La frase que mejor lo resume todo me la dio el propio Safe, “Venir a Gofio con Binter no cuenta como salir de Canarias, es casi un viaje insular. Y encima en los pettit tenemos nuestra versión de la chocolatina Tirma. Estoy abierto a colaboraciones”, comentamos entre risas cómplices. “La Toñi” Las paradojas de la vida son en ocasiones inescrutables. Permítanme que les cuente algo que Aída me susurraba con brillo en los ojos y la lágrima asomando en su rostro, “el día que nos quitaron la Estrella Michelin nosotros nos encontrábamos brindando en Gofio porque a mami le habían dado el alta definitiva y nos daban la noticia más importante para nosotros, su cura”.  El nuevo espacio de Gofio Madrid cambia de ubicación pero el alma sigue intacta, de hecho el cartel original lo encontramos en su bodega y el famoso Bibendum Michelín con su capa canaria de trashumante vigila la calle. Hay un espíritu especial que se siente al llegar a Gofio, uno sabe y percibe que el espacio ha cambiado pero a la vez siente la calidez de esa persona que llega a casa. Desde la calle nos encontramos con un espacio más parecido a una galería de arte que a un restaurante. La cocina que puso de moda en CuernoCabra y que se han llevado a Madrid preside el lugar de producción y una gran mesa redonda ideal para eventos diferentes o un reservado especial dan la bienvenida al nuevo Gofio. Al bajar las escaleras parece que hagamos un viaje en el concepto espacio/tiempo. Mesas amplias y cómodas todas ellas mirando hacia la cocina que trabaja con una paz y tranquilidad que parece magia. Luces cálidas y una pequeña barra para cuatro comensales máximo y que desde ya considero mi puesto favorito del restaurante. El símbolo de Tara que ya forma parte del ADN de la familia y todo el equipazo de siempre con mención especial a los de “toda la vida” como son Alberto y Niuska.  Salón Gofio Barra Gofio Safe y Aída en el pase Vamos a entrar en el menú Otoño 2024 que comienza con una secuencia de snacks casi como declaración de intenciones donde Safe demuestra que aquí no hay punto y aparte, sino más bien “la saga continúa”. El conejo en salmorejo que en el 2017 venía en trucha con su jugo inyectado aquí se transforma en una salchicha casera elaborada diariamente. La croqueta de pollo con todo es ese homenaje a los bocatas de tantos bares y su tartaleta de chocos asados, una golosina pura. La ensalada canaria de toda la vida aquí luce y sabe distinto, los tomates aliñados toman forma helada y el salpicón con concha fina te saca las lagrimas y me llevó a mi Playa de Las Canteras. No paro de pensar y lamentar el  por qué hemos dejado de preparar salpicón de pescado o marisco en casas o restaurantes y en cambio tenemos cebiches en cada esquina. Ensalada Salpicon El bocata tiene denominación propia en Gofio con dos pases del menú como son el ya mítico bocadillo de vendimia cada año revisionado. Como novedad, un precioso  y sentido homenaje a Ginory y su famosa tapa de pescado en Lanzarote(Charco Nuevo hoy pero siempre será Ginory para todos). Elaborado con una mayonesa casera de anchoas y corazón de erizos ahora que estamos de temporada hace que cierres los ojos y te teletransportes al Charco de San Ginés de la capital conejera.  Bocata Ginory La cocina de

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Lluvia de Estrellas uniendo Canarias y Galicia en un menú inolvidable

En lo que se antoja último Inspirational Chef Program del año en el Hotel Santa Catalina A Royal Hideaway, el broche de platino lo pusieron la maestría de Poemas by Hermanos Padrón y El Culler de Pau. Jueves 24 de octubre en el Restaurante Poemas by Hermanos Padrón y el ambiente previo era el de los grandes momentos que cada uno atesore en su mente. La sensación generalizada de los que acudimos a esa primera velada era de expectación y ganas, algo que suele jugar en contra de un evento como este, donde jugar fuera de casa como le sucede al Culler, o ceder parte de su terreno como realiza Poemas, nunca es fácil. El resultado no tuvo necesidad de árbitros, empate técnico y de sabor por todo lo alto con un único vencedor, el comensal que se sentó a la mesa. Mesa Poemas by Hermanos Padrón Javier Olleros lo tenía claro, “hemos venido a mostrar lo que hacemos, no a experimentar ni lucirnos, simplemente a cocinar lo que venimos realizando día a día en nuestro pequeño rincón de O Grove”. Para conseguirlo se desplazaron con más de 100kg de equipaje desde Galicia hasta Gran Canaria en una operativa tan compleja como exitosa, tal y como pudimos comprobar con el resultado final de la cena. Por su parte Juan Carlos Padrón se desplazó desde la casa madre, El Rincón de Juan Carlos, hacia Poemas by Hermanos Padrón con una simple misión, “disfrutar y aprender junto a uno de los cocineros que más respeto y admiro de nuestro país como es Javi. La filosofía del Culler y la del Rincón es muy similar, negocios familiares, relación estrecha con nuestros proveedores y cocinar lo mejor que sabemos siempre con un objetivo claro, el disfrute de nuestro cliente”.  Ante semejante declaración de intenciones y conociendo la propuesta de maridaje con la que nos iba a deleitar Rafa Hurtado, “busco unir Galicia y Canarias en cada pase, de ahí que los platos de Poemas irán maridados con vinos gallegos, al igual que los platos del Culler tendrán como compañero de mesa un vino canario”.  Javier Olleros Juan Carlos Padrón con Adrián García, Jefe de Cocina de Poemas by Hermanos Padrón Rafa Hurtado Comenzaremos la descripción del menú por los platos del Culler de Pau, con Javi Olleros a la cabeza, pero que vino muy bien acompañado por parte de su equipo, y como decía anteriormente, con más de 100kg de producto procedente de Galicia. Su pase de snacks de bienvenida fue toda una declaración de intenciones. No sabría decantarme por uno de sus bocados pero sí con el resultado final de todos ellos, cada uno sabía y explotaba en la boca. De los platos principales empezamos por la VIEIRA, y sí, la pongo en mayúsculas porque puedo decir con rotunda que me encontré con la mejor que me haya comido jamás. Cuando uno está cansado de comer este producto, muchas veces maltratado y que en ocasiones parece más una lapa, por su textura gomosa, que un delicado marisco, se emociona y vuelve a creer que otra cocina aún es posible.  VIEIRA A la siguiente vez que llega la cocina del Culler a la mesa, bofetón al que se pensaba que lo sabía todo de una Espinaca. Cocinada a los tres caldos, con kombu, lacón y tomate, te da pena hasta terminarla. Espinaca “Como unas papas de arrandas de avena negra y agua de verduras dulces”, así se llama el plato que más me ha volado la cabeza creo en lo que va de año. Jamás de los jamases me imaginé que unas avenas pudieran tener ese sabor, texturas y tanto valor en la cocina. No me veo con la capacidad de describirlo, solamente me siento afortunado por haberlo podido probar.  “Quise poner en valor un producto como la avena, que además también se cultiva en mi tierra y que me está dando unas alegrías enormes porque el comensal que lo prueba se emociona y le gusta tanto como a mí el crearlo”, nos confesaba en mesa el propio Olleros. AVENA  No me canso de denunciar y gritar a los cuatro vientos que no entiendo que seamos canarios y no comamos pescado, somos la CCAA que menos pescado consume de toda España. Por eso, cuando un plato con pescado en la alta cocina llega a mi mesa, yo siempre lo celebro y pienso en lo que podríamos hacer con los nuestros.  Este rape negro en salsa de pimiento ahumado con su hígado encebollado era puro sabor, pero ya me terminó de reventar la única neurona viva un postre que llegó con la piel del mismo. Y sí, la piel de ese rape servía de “envoltorio” para dar forma a un Buñuelo de mar, yema de huevo y licor de café, que como decía en mesa Vanesa Delgado, grandísima periodista de la Sección de Gastronomía del Canarias7, “me recuerda a los churros que comemos en las ferias”, y no puedo dejar de pensar en cuanta razón tenía. Entre lo que significa para no tener merma de un pescado y la genialidad del plato, la perfección estaba lista. Rape Negro Buñuelo de Mar La parte de Poemas en la cena comenzó con su secuencia de snack de bienvenidas muy bien pensadas para abrir boca. En los platos no faltó su imprescindible y ya mítico Turrón de Morcilla Canaria y praliné de almendras. Soberbios los Tomates Encurtidos y pilpil de bacalao con un falso Bloody Mary que aún retumba en mi paladar. Sobresaliente también la Sopa de Cebolla con brioche individual para rematar. Tomates Encurtidos Sopa de Cebolla En los principales, inolvidable su versión del Bogavante, la cocina de Juan Carlos vuelve a dar un golpe en la mesa llevando a la exquisitez del sabor un producto que la mala cocina se ha encargado de maltratar. Me gustaría ver la reacción todas esas personas que reniegan de la verdura cuando prueben la Caracola de apio, piñones y trufa, aunque yo siga creyendo que este plato no necesita

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Morro Colorao, el restaurante donde el carbón y la leña toman el mando de la cocina.

Un concepto único en Gran Canaria donde la cocina del fuego aporta sabores y matices diferentes a los productos del mar, de la tierra y muy especialmente a sus arroces, que no podrán parar de comer hasta dejar la paellera limpia. Permítanme que hoy les lleve de la mano por Morro Colorao, un local con fuego en el corazón y que transforma lo mejor de su despensa en auténticos deleites para el comensal cocinando con una de las técnicas más difíciles que conozco, la del fuego. Brasa Morro Kike Espino empezó su andadura profesional como chef y empresario en el Restaurante Triciclo donde la cocina catalana que tanto se le clavó en el alma durante su estancia allí se fusionó con su manera de ver el producto canario posicionándolo como un auténtico referente en la calle La Pelota. A continuación llegó Manuela Jimena, lo más parecido a un bar madrileño de toda la vida que tenemos en nuestro imaginario colectivo con una gran colección de vermouth, una barra de ensueño, un acogedor salón y una propuesta gastronómica que va desde la inigualable tortilla de papas a los mejores mariscos recién llegados de su punto de origen.  Pero su sueño cerró el círculo con Morro Colorao, según palabras propias de Kike, “el lugar que siempre quise levantar pero que hasta ahora no me había atrevido a hacer, es como ese pequeño rincón al que entre todos los que formamos parte del mismo queremos llevar a realizar cosas que no son habituales en la isla”.  Salón Morro Ya les digo que Morro Colorao tiene un concepto, propuesta y contenido que daría para mucho más de un artículo, pero voy a intentar resumirles los puntos más interesantes de cara a animarles que le den una oportunidad, y como en las mejores películas, no destriparles todo el argumento, o lo que sería en este caso, toda la carta. Empezaría describiéndoles el espacio, nos encontramos en una casa protegida del entorno de Vegueta, haciendo trio con sus hermanas mayores que son las casas de Manuela Jimena y Triciclo. En Morro lo que primero impresiona es su cocina abierta en medio del salón de la planta baja y justo al lado de su coqueta terraza. Las brasas en distintas formas y tamaños ya hablan por sí solas. En la segunda planta encontramos uno de los puntos más interesantes que yo haya visto en Canarias de cara a cocinar el arroz como es su cocina de leña donde se cuecen los arroces al momento, 18minutos de media por cada uno de ellos, y donde ver las llamaradas o percibir si les permiten acercarse el aroma de la leña de sarmiento (procedente de Tejeda) hará que puedan entender y apreciar aún más sus arroces, de los mejores del archipiélago, pero de ellos les hablaré después. En la tercera planta un salón más tradicional, con pequeños balcones individuales y una serie de mesas o espacios repartidos en mesas redondas para varios comensales o mesas cuadradas para parejas, familias o pequeños grupos de personas. Como bonus track les adelanto una primicia, en los últimos días de octubre tomará forma en fondo y forma “la Barra de Morro”, un enclave único justo al lado del equipo de cocina y con una propuesta dirigida en exclusiva para la misma. “Es el único espacio que no tendremos reserva previa, la gente que venga y les apetezca podrán ponerse a comer de una manera más informal en ese ambiente que siempre da una barra y que en Manuela Jimena nos ha ido tan bien. Tras el rodaje inicial ya toca darle forma a este nuevo espacio, estamos deseando compartirlo con toda nuestra clientela” me confesaba Kike con brillo en los ojos. De hecho, la parte de los arroces y carnes que leerán al final tuvo lugar en esta barra y ya estoy deseando volver a la misma. Barra Morro  Ya les adelanto que para escribir esta crítica he tenido que visitar dos veces el restaurante porque en una sola es imposible conocer todo lo que aquí se ofrece y eso es una gran ventaja ya que no me cabe duda que cuando vayan por primera vez al terminar ya estarán pensando en su próxima visita. Comienza el despliegue por todo lo alto gracias a la Ostra en Flambadou, donde se busca mediante la brasa el aportar más intensidad al producto en cuestión cosa que aquí ademas llevan hasta lo sublime añadiendo una suave grasa de vaca a la ostra con un resultado que da lugar a la que quizás sea la mejor ostra de toda Gran Canaria. No concibo una visita a esta casa sin empezar con ella, así de rotundo. Ostra El fuego a través del carbón hace realzar cada plato que llega a la mesa. El mar y montaña en una ensalada de espárragos trigueros, acelgas, puerros y pulpo ahumado o uno de los hits de la casa como esa la empanadilla de carne mechada al estilo Morro Colorao con chimichurri de tomates secos que son platos de toma pan y moja.  Elegante y sobrio el steak tartar con tuétano asado y para ponerles un piso sus croquetas de pollo a la leña con pesto de cilantro, plato con el que me voy a detener un poco más. Estas croquetas de pollo no son “normales” en su elaboración. Si tienen suerte y acuden un día donde las aves estén al fuego las podrán observar en lo alto de la parrilla durante todo el servicio de día y noche porque se van cocinando a fuego muy lento, nunca mejor dicho, porque solo los toca el calor residual de las brasas donde se cocinan los platos del día.  Al día siguiente se despiezan, bolean y dan forma por lo que cuando se lleven una croqueta de esas a la boca, la cabeza les volará en mil pedazos, no son líquidas, son un rebozado de auténtico pollo a la brasa dentro. Croquetas de Pollo En unas brasas como estas no podrían faltar las mollejas,

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Haydée y Casa Romántica llevan a la mesa un cuatro manos con auténtico sabor a Canarias

Aridani Alonso y el equipo de cocina y sala de Casa Romántica como anfitriones de Victor Suárez de Haydée, elaboraron un menú efímero en la mesa pero permanente en el recuerdo de sus comensales. “Cuesta mucho llenar un cuatro manos a día de hoy, no son fáciles de hacer llegar al comensal” me confesaba Victor Lugo, alma mater de Casa Romántica y para quien les escribe uno de los mayores embajadores de la gastronomía y producto de Gran Canaria por todo el país. Razones para no confiar en los cuatro manos hay muchas y muy variadas porque son demasiadas las ocasiones en las que los mismos no son más que la unión de dos cocineros, cada uno más preocupado de lucirse de manera individual que de lograr una experiencia redonda de cara a lo más importante, el comensal. Pues en esta ocasión yo diría que ha sido todo lo contrario, la unión de dos amigos como son Aridani y Victor alejados de cualquier atisbo de ego propio consiguió ensamblar un menú degustación redondo y cohesionado donde pudimos viajar por Gran Canaria, Tenerife y La Gomera tanto en la parte sólida como en la líquida, gracias a un ejemplar servicio de sala. Equipo de Casa Romántica junto a Victor Suárez  El ambiente en Casa Romántica una hora antes de abrir las puertas era el de dos familias que se encuentran con ganas de agasajar a sus invitados. Cuando uno va a Casa Romántica tiene claro ante todo que el nombre del lugar anticipa las sensaciones que uno siente al salir, el haberse sentido “en casa”.  Mientras los equipos de sala y cocina almorzaban justo antes del servicio se retocaban los últimos detalles y se impartía el briefing de la jornada en medio de un ambiente de ilusión y responsabilidad porque todo saliera bien. Con Victor Lugo y su hermana Jéssica dando la bienvenida a todos los asistentes por medio de un cocktail tan refrescante como adictivo se fueron llenando las mesas de cara a que todo marchara en orden de tiempo y ritmo adecuado, cosa que se consiguió y de manera sobrada dando lugar a un almuerzo vibrante, rápido y elegante en todas sus facetas, con todos los puntos de temperatura y tiempos entre platos más que ajustados, algo digno de recalcar y felicitar. Victor Suárez de Haydée  Aridani Alonso de Casa Romántica Si entramos ya en el menú en sí el comienzo consistió en una secuencia de aperitivos con el mar como protagonista gracias al bonito, el pulpo, el camarón de Agaete y un guiño a la carne en forma de bocado de steak tartar y pimiento asado.  Les mentiría si no puntualizara que esta resultó la parte más floja del encuentro ya que considero un error la obsesión que marca la alta cocina de elaborar unos entrantes que si bien de mesa a mesa en el momento son interesantes, cuando hay que sacar muchos a la vez como es el caso, se pierden texturas imprescindibles para el disfrute total de los mismos. Buñuelo de Camarón de Agaete Tras esa secuencia empezo la fiesta de verdad con Victor Suárez cocinando algunos de los platos que han llevado a su Haydée a obtener la tan ansiada Estrella Michelin estrenada este mismo año 2024.  Sus tomates fermentados, el cherne negro en mojo hervido y sobre todo el guiso de trigo barbilla (mucho ojo con este plato, palabras mayores que justifica por sí solo un viaje a su casa madre en Tenerife) demostraron la esencia del alma en Haydée, “un homenaje a la cocina de mis abuelas y a la tradición del recetario de La Gomera pero añadiéndole mi visión de la alta cocina y la trayectoria que me ha llevado hasta aquí”, nos contaba el chef al final de la comida. Guiso de tribo barbilla Cherne negro con mojo hervido Por la parte de Aridani, dos caballos ganadores de su propuesta que ademas son ya casi imprescindibles en sus diferentes menús del año adaptando algunos de sus ingredientes a la temporada en vigor. Por un lado su versión propia del “Caldo de Pescado” que está para tomarse un caldero entero a sorbos y disfrutar de sus aromas y sabores. Por mejorar el “gofio al escaldón” que da el nombre verdadero  al plato de una forma errónea que no me cansaré de reiterar.  Por el otro lado su ya famoso cochinillo y manzana, de Valleseco por supuesto, que juntos hacen del plato una auténtica oda al hedonismo porque el pan rebaña hasta el último resquicio de esa compota de manzana que dan ganas de pedir para llevar. Caldo de Pescado o Falso Escaldón Cochinillo y Manzana En la parte de postres permítanme que me centre en el que creo es bocado más original y sabroso de todos los pases dulces en Canarias, y en mi top 3 de toda España, de los que he tomado este año 2024. Lo trajo Victor Suárez y su nombre y presentación lo dice todo, “PLÁTANO”, así en mayúsculas y que muy lejos de ser un trampantojo aburrido, le da la vuelta al mismo y hace que por primera vez en la vida del comensal se pueda comer nuestra fruta más representativa de manera integral, cáscara y hasta etiqueta incluida. Si quieren conocer más, ya lo saben, visiten Haydée en Puerto de la Cruz. De matricula de honor el licor con el que acompañaron al mismo, de plátano y elaborado por Carlos, sumiller de Casa Romántica, quien ya se marca algo de película para el postre final. PLÁTANO Y estando en el Valle de Agaete con la familia Lugo, el postre final tiene que tener nombre compuesto de chocolate y algarroba con apellido de café de Agaete. Otra delicatessen que Aridani trabaja cada temporada añadiéndole matices diferentes y en esta ocasión me sedujo sobremanera el helado de algarroba, muy interesante nexo de unión del chocolate y algarroba a través de su temperatura y textura. Chocolate, Algarroba y Café de Agaete Como broche final, el buchito de café

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El estreno de las “cenas gastronómicas” de Berro Bistrot, un soplo de aire fresco en la capital grancanaria

La cocina de Francesca, el buen hacer de Marco en sala y el maridaje propuesto en esta ocasión por Gonzalo Santana, anfitriones de una primera cena memorable a los pies de Las Canteras. El debut de Berro Bistrot en el servicio de cenas gastronómicas no pudo ser más espectacular y redondo, no será habitual pero yo les invito a que sigan sus redes sociales y no duden en apuntarse cada vez que tengan ocasión. Francesca, Marco y Gonzalo No es lo normal que en el escaso tiempo de un mes hable dos veces del mismo establecimiento, pero créanme que la ocasión y la propuesta lo merece. Para no entretenerme y repetirme sobre lo que pienso de Berro Bistrot les invito a que recuperen en estas líneas lo que de ellos contamos en el pasado mes de septiembre. Justo unos pocos días después de mi segunda visita a Berro, Marco me mandó un whatsupp que decía así, “Javier, ya llega el momento donde vamos a estrenarnos en un servicio de cena gastronómica, con 20 comensales todos a la vez y si te apetece nos gustaría que nos acompañaras en ese día”. Obviamente no lo dudé aunque no les miento, mi cabeza explotaba cuando pensaba en cómo Francesca podría preparar ella sola (con la ayuda de Laura para algunos emplatados nada más), un servicio de estas características si encima le sumamos el espacio espacio de su cocina a la vista. Pero también tenía claro que en esta casa están sucediendo cosas que no se ven en la isla y en el fondo tenía la corazonada que lo iba a conseguir, y no me equivoqué. Francesca en cocina Francesca y Laura El menú comenzó con un pequeño cocktail y la focaccia casera elaborada por Marco. Al sentarnos en mesa, todos juntos en dos presidenciales compartiendo espacio, algo maravilloso que me recordó a la mesa de Fierro (Valencia, 1 Estrella Michelin), el servicio comenzó con lo que es desde que abrió sus puertas un santo y seña de la casa, la Sabina, o rosa de remolacha con pasta de berros y cama de almendras. El siguiente pase, Bicácaro, consistía en un ceviche de setas shitake marinadas con tamari y lima, aguacate, batata al horno y una falsa leche de tigre elaborada con coco y algas, que aportaba salinidad y frescura a partes iguales, de hecho me la hubiera podido beber a morro en una botella de litro. Este plato de por sí solo me pareció magia y casi que merece una visita por sí solo a Berro porque hacer que un ceviche parezca ceviche sin tener su ingrediente principal, el pescado, es algo que no vi venir ni desde lejos. ¡Impresionante! Continuamos con otro plato que causó sensación y también debate en la cena como fue la Jarilla, “Vitel Tonné con huesitos de anacardos y kala namak”. Verán que he remarcado en negrita lo de “Vitel Tonné” y no “Vitello Tonnato”como siempre lo hemos llamado aquí y la razón es que parece ser que su nombre real es el primero y no el segundo, pero con los años y los viajes se ha desvirtuado o así al menos lo remarcaban Francesca, Marco y un asistente italiano a la cena que defendía y aplaudía que se le llamara como realmente es.  Lo que tampoco vi venir es que un plato que a mí particularmente me aburre, no me aporta nada y no suelo pedir nunca fuera a sorprenderme y golpearme tanto aquí gracias a su ingrediente secreto, el falso huevo. Elaborado con anacardos, cúrcuma y kala namak es un plato que lleva con ella desde que cocinaba en Italia, donde lo creó y tuvo tanto éxito que lo patentó y solamente puede ser elaborado por sus manos. Viendo el resultado , no me extraña, la verdad. Bicácaro Jarilla En la parte caliente los platos siguieron manteniendo el nivel y lo que es aún más difícil, el perfecto ritmo de la cena y en estos casos, las temperaturas de los platos. En primer lugar llegó la Cerraja, un crepe relleno de setas, boletos y trufa con su bechamel y queso de cabra curado, de la granja de Anabel y que aportaba olores y sabores de nuestros únicos quesos grancanarios. Un plato donde el crepe se transformaba en falso pan para rebañar y no dejar ni rastro de nada en el plato. El Drago fue quizás el plato que más controversia me generó y creo que eso lo hizo la soja testurizada, sigo sin entenderla y no me gusta su sabor ni consistencia, pero creo que es algo más personal que general porque observé en el resto de comensales que sí le gustaba la misma. En cambio probar el falso estofado de jack fruit, un fruto con ínfulas de falsa carne y el dolcetto d’Alba con polenta de millo, gofio, berro y salteado con pimienta cayena, una delicatessen por sí mismo. Cerraja 7 Drago Como postre una sorpresa total, el Viñátigo, donde por fin Francesca se olvida de tartas que no lo son y tiramisú que no enamoran para elaborar un postre que sí transita por las mismas líneas de su cocina salada. Hablamos de un cremoso o semifrío de queso de cabra, albahaca y chocolate blanco sobre una cama de almendra picada y un gel de lima. Por mejorar la textura del cremoso, sí aprecio por primera vez en su cocina un postre diferente, con alma propia y lleno de sabor, alejado de dulces y azúcares para adentrarse sin miedo en lo más difícil de su propuesta, el mundo dulce. Estoy seguro, Francesca, que lo conseguirás por este camino. Viñátigo En la parte de vino y sala, Marco y Laura estuvieron impecables pero quiero resaltar la valiente y arriesgada apuesta en los vinos de Gonzalo Santana. Viajando por Italia, Canarias y Península logró dar en el pleno con absolutamente todos, cada uno de ellos parecía una parte más del plato, hablando por sí solo cuando tocaba o integrándoselos en boca cuando se le requería. Gonzalo

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