Se estrenó con un éxito rotundo el documental donde se narra la intrahistoria de la legendaria cena que en homenaje al Legado de Joan Roca se celebró en Barcelona y que retrata la generosidad en la alta cocina como el ingrediente secreto para esta generación que ha marcado un antes y un después en la Alta Cocina Española.
El Festival de San Sebastián primero y el Basque Culinary Center acogieron el estreno de “Uno de los Nuestros”, un documental que trasciende lo gastronómico para convertirse en un relato sobre amistad, lealtad y generosidad. Dirigido por Virginia Jönas Urigüen y Jorge Fernández Mayoral, y articulado en torno al homenaje al chef Joan Roca impulsado por Dani García, la película se presenta como un retrato íntimo de toda una generación que ha marcado el rumbo de la cocina española. Es más, podríamos decir que aún la están marcando.

Joan Roca y Dani García
La idea germinó en Dani García inauguraba su restaurante Leña en Barcelona y Joan Roca fue uno de los primeros en acudir. Fue entonces cuando el malagueño sintió que debía devolver un gesto de generosidad grabado en su memoria: años antes, en un momento difícil para su grupo, Joan se había ofrecido a cocinar a su lado sin pedir nada a cambio. Aquella deuda emocional se transformó en un homenaje que ahora ha quedado inmortalizado en la gran pantalla.
“Lo más fácil hubiera sido hacerlo en Madrid o Marbella. Pero quise que fuera en Barcelona, para que toda la familia Roca pudiera estar presente”, reconoció García. La apuesta fue arriesgada: un banquete con algunos de los cocineros más influyentes de España, trabajando codo con codo en complejas elaboraciones. Retos logísticos y egos aparte, el resultado fue un despliegue coral de talento y respeto que sorprendió incluso a los propios protagonistas.
Si la gastronomía española vivió una revolución a finales del siglo XX, Joan Roca es una de las figuras que consolidó ese movimiento. En el documental se define su influencia con una frase que podría aparecer en cualquier titular deportivo: “Joan es el Messi de la cocina”. La comparación no es casual. Su liderazgo, discreto y humano, ha generado un consenso absoluto en un sector muchas veces competitivo. “Podemos ser competitivos, pero no somos unos cabrones” se le escucha decir a uno de ellos en una parte del film, estén atentos..
Para Virginia, lo esencial era “reflejar no solo su trayectoria culinaria, sino sobre todo su humanidad”. El rodaje se adentró en espacios íntimos del universo Roca, desde la histórica casa Celler de Can Roca hasta conversaciones privadas que desvelan el carácter reflexivo, humilde y generoso de Joan. “Cuando hablas con él y cuelgas el teléfono, siempre estás mejor”, resume uno de los testimonios más significativos y emotivos recogidos en la película.

Foto de Familia en el Basque Culinary Center
Uno de los nuestros no es un homenaje póstumo ni un cierre de carrera. Al contrario, pretende reflejar la vitalidad de Joan Roca y el reconocimiento de sus pares. El banquete en Barcelona reunió a cocineros como Albert Adrià, Andoni Luis Aduriz, Alberto Chicote, Diego Guerrero, Fina Puigdevall (junto a sus hijas Martina y Carlota), Francis Paniego, Josean Alija, Marcos Morán, Nacho Manzano, Nandu Jubany, Oriol Castro, Paco Morales, Paco Pérez, Paco Roncero, Paolo Casagrande, Quique Dacosta, Rafa Zafra, Ramón Freixa, Ricard Camarena y Toño Pérez. Todos, cómplices de una coreografía que convierte la cocina en un vibrante taller de creatividad y camaradería que no dudaron en colaborar en platos emblemáticos inspirados en la cocina del Celler y en lo que Joan les había inspirado a lo largo de los años.
La escena quizás más simbólica del documental muestra a varios chefs de renombre ejerciendo tareas humildes en cocina, como remover un guiso o emplatar recetas de otro compañero. “Esto solo sucede porque hay un respeto mutuo que está por encima de los egos”, explicó García.“Uno de los nuestros” es una oda a la complicidad, al trabajo en equipo que ha hecho posible la revolución gastronómica española. La estructura coral de la cena, con grandes chefs relegando el ego para sumarse a una causa común, demuestra que el secreto de la cocina española no solo es la técnica, sino la generosidad compartida. Así lo resume el propio Dani García: “Su legado no solo está en los platos, sino en el ejemplo de humildad, dedicación y pasión por lo que hace”.
La velada no solo dejó platos memorables sino escenas de verdadera fraternidad: chefs que normalmente compiten, colaborando codo a codo, compartiendo emplatados y anécdotas, y entregando a cada comensal un pequeño fragmento de la memoria y la innovación que definen la cocina de Joan Roca.
Como era de esperar, el documental también plantea un debate de género. En un sector donde las mujeres con tres estrellas Michelin siguen siendo excepcionales, la poca presencia de figuras femeninas en el evento no ha pasado inadvertida. Los directores y el propio Dani reconocen la crítica, aunque insisten en que la historia surge de la red personal de amistades forjada en torno a Dani y Joan. “Es otro foro de discusión —señala Virginia—. Por supuesto que hay mujeres de talento inmenso que merecen más visibilidad, pero este relato nace de relaciones concretas, de vivencias personales”. En Dani la respuesta es clara, “se quedó mucha gente fuera pero es que este homenaje al “Legado de Joan” se forjó en las relaciones personales que un grupo de amigos enfermos por los fogones hemos forjado con el paso de los años, y eso no se puede cambiar”.

Cena Legado de Joan Roca
Para Dani García, presentar la película en San Sebastián tiene un significado personal profundo. “Con 19 años vine aquí a trabajar con Martín Berasategui. San Sebastián siempre ha sido un lugar clave en mi carrera y en la alta cocina española”, confesó en la rueda de prensa. Cómo anécdota personal del propio García, allá por 2016 elaboró una cena en homenaje a Alfred Hitchcok con creaciones elaboradas en carteles de sus películas, “quien me iba a decir que tantos años después elaboraría junto a Joan Roca un cuatro manos para presentar un documental sobre su legado”.
Los directores, por su parte, subrayan la importancia de estrenar en una ciudad donde la gastronomía forma parte del imaginario cultural mundial. No en vano, la cena de clausura vinculada al documental agotó sus entradas en apenas cinco minutos, un fenómeno que recordaba a la venta de conciertos masivos.

Asistentes a la cena
La cena fue un recorrido por la memoria gustativa de Joan Roca y una muestra del respeto y la admiración que inspira su figura. El menú fue una colección de homenajes personales, en los que cada cocinero reinterpretó sabores ligados a la trayectoria de Roca. Desde platos de pescado con guiños a la tierra, hasta propuestas donde la innovación técnica homenajeaba la tradición catalana o la complicidad entre fogones. Cada elaboración y cada pase representaban un agradecimiento personal hecho bocado, compartido en sala con figuras como Ferran Adrià, Martín Berasategui, Elena Arzak o Pedro Subijana.
Celebrada en el Basque Culinary Center tras la exitosa proyección del documental estuvo conducida por Joan y Dani donde algunos aperitivos emblemáticos, como la olivada, el brioche al vapor con trufa y el turrón de foie gras estuvieron presentes; también aportó su clásico mar y montaña vegetal, el xuxo de pato y su célebre postre lácteo, creación de Jordi Roca.
Por parte del chef malagueño, las Quisquillas de Motril en mantequilla tostada a la brasa y yuzu junto a su Bogavante Kombujime con ají amarillo y plan de gallo de Mos fusionaron Andalucía y Catalunya en cada bocado.
Hay que recalcar el grandísimo nivel que los estudiantes de cocina y sala del Basque Culinary Center, no sólo con esta jornada sino durante todas las cenas que han tenido lugar en el Culinary Zinema del #73SSIFF. En España el sector está de enhorabuena por tener una de las instituciones más prestigiosas del país lideradas por su director, Joxe Mari Aizega.

Elaboración de la cena con Joan Roca
Uno de los nuestros es un título que resuena tanto en la afición de la UD Las Palmas como en los fogones de la alta cocina. En ambos casos, sintetiza un mismo mensaje: la fuerza del colectivo por encima del individuo.
Tal vez ese sea el secreto que desvela el documental: el verdadero ingrediente detrás de la revolución gastronómica española no es solo la técnica ni la creatividad, sino el tejido humano construido a base de confianza, gratitud y respeto.
El propio Joan nos reconoció que “si bien durante la cena celebrada el día de su cumpleaños no lloré, eso sí sucedió cuando ví el documental por primera vez. Me di cuenta de cuanto me quiere la gente y no sé si lo merezco pero lo agradezco”. Concluyó reafirmando que “Dani me ha hecho uno de los regalos más grandes de generosidad con este embolado en forma de cena homenaje primero y documental después. Por mucho que él diga que se ha retirado de la alta cocina, siempre será UNO DE LOS NUESTROS”.

Elaboración de la cena con Dani García.
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