En el barrio de Cabo Verde se encuentra un pequeño rincón que por méritos propios se ha convertido en el punto de peregrinación imprescindible para todas esas personas amantes de las croquetas. (Artículo original publicado en Por Fogones de Canarias Ahora)
Nuestro Juernes de Por Fogones de esta semana, el último antes del paréntesis vacacional en esta sección que volverá en septiembre, vamos a dedicarle un espacio a un bocado que mueve el mundo, las croquetas. “La Croqueta de mi madre es la mejor del mundo, pero la de mi abuela ya es de otra galaxia”, eso es algo que escuchamos a menudo por parte de todos los amantes de un bocado excelso cuyo origen procede de Francia, pero en la que no se ponen de acuerdo en la época ya que unos la datan del Siglo XVII y otros del siglo XIX. Pero la croqueta es mucho más que un bocado, es una receta que pasa de generación en generación, que tiene peculiaridades ya no solamente en cada comunidad autónoma si de España hablamos, sino que en cada casa se hacen con su toque personal. Y entre todo este paraíso croquetero en lo que se convierte nuestra mente cuando pensamos en ellas, en Gran Canaria sobresale un sitio que ha tomado el nombre de su pueblo y lo ha fusionado de tal forma que pensar en el mismo, es salivar por sí solo, “La Croquetería de Moya”.
Quedamos con Samuel García, co propietario junto a su pareja y alma mater en la vida y negocios, Iraya Rodríguez, quien con el brillo en los ojos del que aún no se cree lo que le está pasando nos cuenta que “la croquetería nació fisicamente hace 7 años, aunque creo que en realidad lleva dentro de mí toda la vida, desde que desde pequeño correteaba por estas calles de donde soy y para coger fuerzas me llevaba a la boca las croquetas de mi abuela. Y eso es lo que me obsesiona de ‘la croquetería’, rendir homenaje y respeto a las verdaderas guardianas de los sabores y las tradiciones de las croquetas como son nuestras madres y abuelas”.
Antes de hacer este reportaje he visitado la coquetería en multitud de ocasiones, desde que mi compañero y amigo José Luis Reina me los recomendó y tengo que decirles que desde entonces casi no cocino croquetas en casa, pero eso sí, nunca faltan en mi congelador pero elaboradas desde en Moya. Las croquetas de esta casa no son vistosas pero sí sabrosas, con eso me refiero que no esperen ustedes unas de esas imágenes de instagram donde las croquetas se abren y despliegan una bechamel tan blanca y pura cómo ausente de sabor en su gran mayoría. Aquí las croquetas saben a lo que tienen que saber y en su interior la bechamel en su punto justo para ligarlas, pero no para maquillar sus imperfecciones.
“Lo que más nos obsesiona es poder transmitir a la clientela que nuestras croquetas son puro producto canario porque intentamos tener lo mejor de nuestra huerta y mares para elaborarlas, contando además conque elaboramos los guisos como se hacen en nuestras casas, con fuego lento y mucho ‘chup-chup’” relatan casi al unísono Iraya y Samuel mientras me enseñan como elaboran su ya clásica croqueta de queso rulo y cebolla caramelizada con productos de la quesería Valsequillo y cebolla de Gáldar.
El único producto que viene 100% del exterior es el jamón ibérico con el que elaboran sus ya imprescindibles también croquetas de jamón, pero con el gran secreto de que son piezas elegidas para ellos y que es aquí donde se despiezan y envasan al vacío para poder mantener toda su grasa y sabor de cara a cuando se vayan a utilizar. Estar en la cocina viendo como los calderos van cocinando a fuego lento, las máquinas ensamblando las croquetas y las manos dándoles forma es uno de esos regalos que de vez en cuando nos da nuestra profesión y que en este caso me permiten transmitir la excelsa pulcritud y cuidado conque aquí se tiene con todo el proceso, desde el principio hasta el final.
De las elaboraciones aquí tendríamos que hablar de dos estilos diferentes, por un lado las croquetas frescas y que sirven para que se las frían aquí y lleven puestas al destino o para cogerlas ustedes y prepararlas en casa. Una que nació de un reto se ha convertido en emblema de la casa como es la ya comentada de queso rulo de cabra y cebolla caramelizada, pero mucho ojo con la de costillas (elaborada a fuego lento durante horas y después ensambladas) en salsa BBQ, la de berros sin lactosa (teniendo en cuenta las intolerancias) acompañadas de pasas y nueces, la de bacon y dátiles que ya les advierto que engancha, acompañan a las clásicas de pollo, atún, espinacas o langostinos entre otras tantas.
Pero lo de las croquetas gourmet de aquí es punto y aparte comenzando por una de las mejores croquetas que yo me haya comido nunca como es la de pulpo a la gallega, la sorprendente creación de arroz negro con su calamar o la explosión de sabor que lleva en su interior la de pollo al curry. Todas estas y muchas más ya vienen congeladas y les ruego encarecidamente que atiendan las explicaciones para terminar de darles el toque en su casa y prepárense para un festín de sabores que puede venir de perlas en estos días vacacionales.
Pero como Iraya y Samuel no se quieren quedar quietos ahora han sacado croquetas dulces de postre basándose en la tarta de queso con frutos rojos, las galletas oreo o las galletas Lotus, “estoy trabajando sobre una croqueta usando el plátano nuestro y se me está resistiendo, pero pronto creo que podremos tener una croqueta dulce con una fruta como el plátano que forma parte del paisaje de mi barrio, Cabo Verde”, me cuenta casi en voz baja Samuel. De las que probé me quedo con la de Oreo, pero ya saben ustedes mi manía total y absoluta por empacho a las tartas de queso, por lo que ni en croqueta van a conseguir sacarme de ahí.
Pero no solo de croquetas vive el ser humano y aquí no iba a ser una excepción por lo que la oferta de comida para llevar se complementa con esos platos tan nuestros como la ensaladilla, queso frito, pulpo a la vinagreta y otras elaboraciones que se van alternando según día y mercado. Lo mejor es llegar aquí sin ideas preconcebidas y dejarse llevar por lo que hayan cocinado ese día. Debido a la gran afluencia de público están con ampliación de la zona de parking, mejoras en el tiempo de espera en atención al cliente y con esa foodtruck que nació para llevar las croquetas por distintos eventos a nivel insular y que cuando despliegan forman colas de manera instantáneas que siguen emocionando a Samuel e Iraya, “no podíamos soñar hace 7 años cuando abrimos lo que era la croquetería, donde nos iba a llevar este viaje. A día de hoy queremos pensar que estamos consiguiendo salvaguardar el legado de las croquetas canarias que tanto se cocinan en las casas huyendo de las modas de croquetas líquidas o con cosas encima, esa no es nuestra liga”, y somos muchos los que lo agradecemos así.
Me insisten en que no deje de dar las gracias en su nombre a todo el personal que ha pasado y que forma parte de la Croquetería de Moya, así cómo a los vecinos del barrio moyense de Cabo Verde, “a los que les hemos cambiado la tranquilidad habitual por un trajín de coches que vienen de toda la isla, incluso turistas que han oído hablar de nosotros para llevarse consigo nuestras croquetas”. Cosa que no me extraña porque donde haya una buena croqueta, que se pare el mundo que toca saborearla y aquí no hay una sino 28 elaboraciones diferentes, y subiendo.
Su Instagram es @la_croqueteria_de_moya, se encuentran en la carretera de Cabo Verde 37 (Moya), abren de miércoles a domingo de 10 a 16 entre semana y hasta las 15:00 los sábados y domingo, aunque también pueden hacer los pedidos por anticipado al teléfono 928.177.320
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