Javier S Gastro

Morro Colorao, el restaurante donde el carbón y la leña toman el mando de la cocina.

Un concepto único en Gran Canaria donde la cocina del fuego aporta sabores y matices diferentes a los productos del mar, de la tierra y muy especialmente a sus arroces, que no podrán parar de comer hasta dejar la paellera limpia.

Permítanme que hoy les lleve de la mano por Morro Colorao, un local con fuego en el corazón y que transforma lo mejor de su despensa en auténticos deleites para el comensal cocinando con una de las técnicas más difíciles que conozco, la del fuego.

Brasa Morro

Kike Espino empezó su andadura profesional como chef y empresario en el Restaurante Triciclo donde la cocina catalana que tanto se le clavó en el alma durante su estancia allí se fusionó con su manera de ver el producto canario posicionándolo como un auténtico referente en la calle La Pelota.

A continuación llegó Manuela Jimena, lo más parecido a un bar madrileño de toda la vida que tenemos en nuestro imaginario colectivo con una gran colección de vermouth, una barra de ensueño, un acogedor salón y una propuesta gastronómica que va desde la inigualable tortilla de papas a los mejores mariscos recién llegados de su punto de origen. 

Pero su sueño cerró el círculo con Morro Colorao, según palabras propias de Kike, “el lugar que siempre quise levantar pero que hasta ahora no me había atrevido a hacer, es como ese pequeño rincón al que entre todos los que formamos parte del mismo queremos llevar a realizar cosas que no son habituales en la isla”

Salón Morro

Ya les digo que Morro Colorao tiene un concepto, propuesta y contenido que daría para mucho más de un artículo, pero voy a intentar resumirles los puntos más interesantes de cara a animarles que le den una oportunidad, y como en las mejores películas, no destriparles todo el argumento, o lo que sería en este caso, toda la carta.

Empezaría describiéndoles el espacio, nos encontramos en una casa protegida del entorno de Vegueta, haciendo trio con sus hermanas mayores que son las casas de Manuela Jimena y Triciclo. En Morro lo que primero impresiona es su cocina abierta en medio del salón de la planta baja y justo al lado de su coqueta terraza. Las brasas en distintas formas y tamaños ya hablan por sí solas.

En la segunda planta encontramos uno de los puntos más interesantes que yo haya visto en Canarias de cara a cocinar el arroz como es su cocina de leña donde se cuecen los arroces al momento, 18minutos de media por cada uno de ellos, y donde ver las llamaradas o percibir si les permiten acercarse el aroma de la leña de sarmiento (procedente de Tejeda) hará que puedan entender y apreciar aún más sus arroces, de los mejores del archipiélago, pero de ellos les hablaré después.

En la tercera planta un salón más tradicional, con pequeños balcones individuales y una serie de mesas o espacios repartidos en mesas redondas para varios comensales o mesas cuadradas para parejas, familias o pequeños grupos de personas.

Como bonus track les adelanto una primicia, en los últimos días de octubre tomará forma en fondo y forma “la Barra de Morro”, un enclave único justo al lado del equipo de cocina y con una propuesta dirigida en exclusiva para la misma. “Es el único espacio que no tendremos reserva previa, la gente que venga y les apetezca podrán ponerse a comer de una manera más informal en ese ambiente que siempre da una barra y que en Manuela Jimena nos ha ido tan bien. Tras el rodaje inicial ya toca darle forma a este nuevo espacio, estamos deseando compartirlo con toda nuestra clientela” me confesaba Kike con brillo en los ojos. De hecho, la parte de los arroces y carnes que leerán al final tuvo lugar en esta barra y ya estoy deseando volver a la misma.

Barra Morro 

Ya les adelanto que para escribir esta crítica he tenido que visitar dos veces el restaurante porque en una sola es imposible conocer todo lo que aquí se ofrece y eso es una gran ventaja ya que no me cabe duda que cuando vayan por primera vez al terminar ya estarán pensando en su próxima visita.

Comienza el despliegue por todo lo alto gracias a la Ostra en Flambadou, donde se busca mediante la brasa el aportar más intensidad al producto en cuestión cosa que aquí ademas llevan hasta lo sublime añadiendo una suave grasa de vaca a la ostra con un resultado que da lugar a la que quizás sea la mejor ostra de toda Gran Canaria. No concibo una visita a esta casa sin empezar con ella, así de rotundo.

Ostra

El fuego a través del carbón hace realzar cada plato que llega a la mesa. El mar y montaña en una ensalada de espárragos trigueros, acelgas, puerros y pulpo ahumado o uno de los hits de la casa como esa la empanadilla de carne mechada al estilo Morro Colorao con chimichurri de tomates secos que son platos de toma pan y moja. 

Elegante y sobrio el steak tartar con tuétano asado y para ponerles un piso sus croquetas de pollo a la leña con pesto de cilantro, plato con el que me voy a detener un poco más.

Estas croquetas de pollo no son “normales” en su elaboración. Si tienen suerte y acuden un día donde las aves estén al fuego las podrán observar en lo alto de la parrilla durante todo el servicio de día y noche porque se van cocinando a fuego muy lento, nunca mejor dicho, porque solo los toca el calor residual de las brasas donde se cocinan los platos del día. 

Al día siguiente se despiezan, bolean y dan forma por lo que cuando se lleven una croqueta de esas a la boca, la cabeza les volará en mil pedazos, no son líquidas, son un rebozado de auténtico pollo a la brasa dentro.

Croquetas de Pollo

En unas brasas como estas no podrían faltar las mollejas, mi recomendación clara es que pidan las tradicionales, auténtico manjar de dioses. Hablando del mar de la isla me pareció espectacular el lomo de sama roquera gracias a su exacto punto de cocción y sabor. 

Mucho ojo a los embutidos propios que embuchan aquí como son su salchicha o su chorizo. Si les gustan estas piezas es otro must que no deben dejar de pedir.

Para terminar con la parte marina permítanme que me detenga en otra de las exclusividades de esta cocina como son los espetos, elaborados como en su ciudad de origen, Málaga y donde podremos encontrar diferentes productos marinos como son los gamones, pulpo, carabineros o lubina aquanaria. Pero no les mentiré, mientras haya sardinas de verdad, ese será siempre el espeto que yo me pediré, y aquí me emocione porque me llevó de la mano a esas playas malagueñas donde el aroma, sabor y diversión van unidas de la mano a través de un plato.

Y si no son muy de espetos, pues al Yakitori de cabeza donde en forma de pinchos llegan a la mesa distintos toques de carne con aliños orientales que son golosina pura.

Espeto

Se estarán preguntando por las carnes, aquí las hay y de muy buena calidad pero hace menos de una semana han dado un paso adelante al conseguir la importación directa de Cárnicas LYO en exclusiva para la isla de Gran Canaria.

Estos cortes no son uno más, son la empresa pionera en nuestro país de maduración controlada de cortes de vaca y buey. Huyen de la putrefacción que en ocasiones nos estamos encontrando en tanta moda falsa para aportar a sus cortes unos olores, colores y sabores únicos. 

Les aseguro que Aladino, propietario y ganadero, uno de los grandes referentes a nivel mundial del sector se preocupa de cada corte y para Morro Colorao ha seleccionado la mejor Chuleta Alta con 80 días de maduración, igual para la Chuleta Baja pero mucho ojo al Hipe Steak o como lo llamaba aquí, “la delicia secreta de Morro Colorao”, porque sin duda alguna puedo decir que es uno de los cortes de carne que más me han sorprendido y gustado en muchos años.

Fundamental aportar que seguramente piensen lo duro de la digestión de estas carnes, nada más lejos de la realidad. Se demuestra que saber lo que se hace consigue que los amantes del mundo carnívoro tengan otro punto obligatorio de peregrinación en la capital grancanaria. 

Chuletas Aladino Cárnicas LYO

Hipe Steak

Ya les dije que era muy difícil escribir de Morro Colorao en pocas palabras pero sería un pecado imperdonable no detenerme en intentar transmitir lo que el arroz significa en esta casa. 

En Morro el cuidado del arroz comienza con la selección del grano, aquí apostando por el de La Albufera. Se continúa por el mimo extremo en la elaboración de los caldos que dan lugar a sus sabores profundos. Cada arroz tiene su propio caldo y todos ellos cocinados en caldero, a fuego lento y filtrados hasta que desaparece el exceso de grasa y queda el puro sabor.

Cada arroz se cocina en paelleras según para el número de comensales, porque aquí también se cocinan arroces para una persona, de ahí que si son dos, lo mejor es pedir cada uno el suyo y probar ambos. El tiempo de cocción ronda los 18 minutos y todas tienen el mismo mismo y frescor, bien sean de carne o de pescados. 

El inconfundible sabor se lo aporta el fuego directo que procede de las leñas de sarmiento que se traen de Tejeda. Les invito a que le digan al personal de sala que les gustaría ver como se elaboran, les prometo que la boca se les hará agua.

Arroz en Preparación

El arroz a elegir lo dejo de su elección, yo he tenido el honor de probar cuatro de ellos como son el de Morro “Oda al Cochino”, el de Langosta a la brasa, el del Senyoret y el de Chipirones Rellenos, curiosamente el menos vendido de la carta por lo que me comentan, y para mí el más especial de todos los probados.

Lo que sí les prometo es que cualquiera de los probados los repetiría mañana mismo, pero tengo ganas locas de volver para probar la paella valenciana tradicional, el negro con alioli, la fideuá al azafrán, el de osobuco con setas o el de verduras de temporadas. 

Arroz de Langosta

Arroz con Chipirones

Arroz Morro

La parte dulce es la que más controversia me produce ya que encuentro exceso de ingredientes en algunos de sus platos, eso sí, con el dulzor y el fuego también en cada bocado. Divertida la piña del hierro con algodón de azúcar, interesante pero intenso el de manzanas e higos y para sorpresas de todos, incluido quien les escribe, me ha gustado su tarta de queso elaborada con queso Flor de Guía.

Pero si me tuviera que quedar con un postre, sin duda alguna sería el Mousse de Chocolates, y no me he equivocado poniéndolo en plural porque son 3 elaboraciones diferentes que tanto por separado como en conjunto son absolutamente irresistibles al paladar.

En materias de vinos la carta de Morro también tiene mucho que contar pero ahí no voy a andarme por las ramas. El conseguir como lo ha hecho Kike Espino con la ayuda de Mario Reyes (Vinófilos) que una bodega francesa elabore y etiquete vinos de sus parcelas para un pequeño rincón de Gran Canaria bien vale que les den una oportunidad y los prueben, cada uno de ellos marida y acompaña al plato elegido como anillo al dedo.

Mousse Chocolates

Morro Colorao es Kike Espino en alma pero todo un equipazo en cocina dirigido por Manu Garcia, joven grancanario que ha vuelto a su isla tras un largo periplo formativo y profesional al que considero un auténtico mirlo blanco escondido. Talento, trabajo, humildad, conocimiento y mucha cocina atesora en sus manos, estoy seguro que dará muchas alegrías a la gastronomia de Gran Canaria que siempre esta dispuesta a incorporar personas que sumen, y más cuando son gente de la casa. 

La otra pata de Morro es el equipazo de sala, muy activo y con una gran labor como es la de poder transmitir la profundidad de la carta, la variedad de la misma y ayudar al cliente a elegir lo que perciban el cliente requiere en cada ocasión. 

Si han llegado hasta aquí, gracias, pero como les dije, describir lo que es Morro Colorao no es fácil en pocas palabras. Su Instagram desde el que podrán reservar, consultar carta y horarios es @morrocolorao.

Manu Garcia y Kike Espino

Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, TikTok, X (Twitter) y Canal de WhatsApp bajo el nick de @javiers_gastro.

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