Ya no son solo los catering tradicionales, cada vez más son los restaurantes importantes los que también trabajan los menú a domicilio para estas fechas tan señaladas.
Esta Navidad en muchas casas de Las Palmas de Gran Canaria ya no se trata de cocinar mejor que tu cuñado, sino de elegir bien a quién le confías la mesa. De los mostradores de comidas preparadas a los menús de alta cocina listos para viajar en tupper fino, la capital grancanaria ofrece un abanico que va del croquetón confortable al solomillo Wellington de cocinero con pertenencia a las más prestigiosas guías gastronómicas del país.

Mesa La Vaquita Catering
El auge de los pedidos de Nochebuena y Nochevieja en casas como La Cocotte, El Taller de Allende, Catering La Vaquita o el departamento de Platos Preparados de El Corte Inglés confirma una tendencia clara: cada vez queremos menos humo en la cocina y más brillo en la vajilla. Las cifras de reservas y los catálogos navideños crecientes hablan de un público que asume sin culpa que externalizar la cena es tan legítimo como encargar el catering de una boda.
En paralelo, restaurantes de alta cocina como Deliciosa Marta o Réver han entendido que la fiesta también puede empezar en el salón de casa, ofreciendo propuestas pensadas para llevar, con el mismo nivel de cocina que en sala pero en formato “llévatelo y emplata bonito”. La idea ya no es solo “no cocinar”, sino convertir el comedor doméstico en una especie de sucursal efímera de uno de los templos gastronómicos de la ciudad.
La Cocotte ha convertido su Navidad en una liturgia propia: carta específica, encargos centralizados y una batería de platos que van de la ensaladilla rusa con mariscos a las carrilleras melosas o el solomillo Wellington familiar. Son elaboraciones reconocibles, pensadas para compartir, con el punto justo de cocina casera bien afinada como para soportar el viaje sin perder alma en el recalentado.

Wellington La Cocotte
El Taller de Allende, por su parte, ha profesionalizado el concepto de “fiesta para llevar” con un catálogo navideño que incluye desde brazos de salmón ahumado y trío de hummus hasta quiches, pastelas y solomillos listos para entrar en horno y salir a mesa. Aquí el relato se apoya en la seguridad de una marca conocida por el público local, capaz de ofrecer producto solvente tanto para el menú familiar de diario como para la gran noche del año.[12][13][5]
Catering La Vaquita juega en otra liga: la del catering clásico que ha aprendido el lenguaje de la foto de Instagram. Sus bandejas de pica‑pica, hojaldres, croquetas y canapés funcionan como un fondo de armario perfecto para quien quiere una Nochevieja de cóctel en casa, con el formato de evento más que de cena sentada.
En El Corte Inglés, la apuesta es industrial en la logística, pero sorprendentemente artesanal en muchos de sus platos navideños: cochinillo asado, pularda rellena, pescados al punto y una gama de guarniciones que resuelven de un plumazo el drama del horno. Su catálogo específico de Navidad, con fechas límite de pedido y franjas de recogida, consolida al gigante de los grandes almacenes como aliado silencioso de muchas mesas domésticas que lucen como restaurante sin que se note la letra pequeña de la etiqueta.

El Corte Inglés
La aparición de fórmulas para llevar en restaurantes como Deliciosa Marta —uno de los clásicos más codiciados de Triana— añade un nuevo nivel a este juego: el de la cocina de mercado pulida, con platos icónicos que muchos clientes quieren reproducir en casa sin reproducir la mise en place. La propia concepción de su carta, dividida en “intocables”, platos de temporada y propuestas más gourmand, facilita que ciertos hits viajen bien: croquetas, steak tartar, vieiras o guisos que toleran el transporte y el recalentado sin perder carácter.
En Vegueta, Réver se ha consolidado como uno de los templos gastronómicos más sugerentes de la isla, con una cocina de raíz francesa y técnica depurada que le ha situado en las quinielas de la nueva alta cocina grancanaria. Este año, el restaurante da un paso más ofreciendo una propuesta navideña para llevar, con un mensaje claro: “deja que la magia llegue a tu mesa sin complicaciones”, un eslogan que sintetiza bien ese deseo creciente de vivir una experiencia de mantel largo… aunque el mantel sea el de siempre.

Réver
Que la cena salga de un obrador o de una cocina con ambiciones de guía no resuelve una pregunta de fondo: ¿hasta qué punto renunciamos a la liturgia de cocinar juntos cuando delegamos todo el menú? La respuesta quizá esté en el término medio: dejar en manos de La Cocotte, Allende, La Vaquita, El Corte Inglés, Deliciosa Marta o Réver la parte técnica —las largas cocciones, las salsas emulsionadas al milímetro, los fondos que necesitan horas— y reservar para casa los gestos emocionales: abrir la botella especial, rematar el plato con unas hierbas, sacar el mantel heredado.
Lo que parece claro es que Las Palmas de Gran Canaria vive un momento dulce en el que la oferta de “no cocinar” dice tanto de la ciudad como sus nuevos restaurantes: una capital que se toma la gastronomía muy en serio, hasta el punto de hacer de la pereza navideña un acto de fe en sus propios fogones profesionales. Y quizá ese sea el verdadero lujo: poder elegir si la Navidad huele a caldo en la olla o a caja isotérmica recién llegada de Vegueta, Triana o la planta de Platos Preparados.

Mesa Navidad
Si les apetece pueden seguirnos enInstagram, TikTok, X (Twitter) bajo el nick de @javiers_gastro.


