Javier S Gastro

Carlos Peña, el sumiller de Casa Romántica, escribe una página de gastronomía líquida con alma a los pies de las Montañas Sagradas de Gran Canaria

Con el que quizás sea el mejor licor de gofio que haya probado jamás, Carlos Peña está trabajando con los frutos que nacen en la Finca La Laja y en el entorno de Casa Romántica para ofertar algo único, exclusivo y que bien merece un viaje a Casa Romántica. Todo un menú degustación en la parte líquida que juega en la gran liga de Aridani Alonso en cocina y el equipo de Jéssica Armas en sala.

Carlos Peña, el creativo sumiller de Casa Romántica, se ha erigido también como el alquimista de las fincas del restaurante (250.000 metros cuadrados en Agaete), generando, gracias a la gran producción de las mismas (frutas, cítricos, hierbas y, por supuesto el famoso café de Finca La Laja), una línea de licores que, si al principio fueron un detalle sutil para los clientes, ahora, con su laboratorio en el propio establecimiento, han pasado a ser puro culto y final inexcusable de los menús servidos por el chef Aridani Alonso.

Carlos Alonso en la Finca La Laja

El buque insignia de esta “nueva carta -informal- de licores artesanos” es, naturalmente, la crema de gofio, producto emblema de la alimentación y la gastronomía canaria que Peña ha convertido en un complejo y refrescante final de menú.

“Todo empezó por mi gusto por los licores, por las cosas especiales, que siempre pruebo cuando estoy fuera del restaurante. La crema de gofio, producto que en Canarias es metáfora de nuestras infancias y de la felicidad familiar, fue mi primer acercamiento a este nuevo mundo de los licores. La fórmula es mi secreto (ríe), pero sí puedo decir que lleva whisky escocés, gofio tostado de Moya y… muchos matices que la convierten en única”, dice Carlos. Y en uno de los grandes hits del restaurante. “He conseguido la precisa cremosidad, la terrosidad textural del gofio tan querida por los canarios (el recuerdo de la leche con gofio) y, gracias a los otros ingredientes, una personalidad diferencial”.

Y si la crema de gofio fue el punto de partida y el inicio del entusiasmo gracias a la clamorosa respuesta de los clientes, las producciones frutales y herbáceas de las fincas de Casa Romántica fueron la lógica mirada posterior.

Probándola durante el hermanamiento de Casa Romántica y Haydée

Carlos, que se mueve al vaivén de las temporadas, comenzó a trabajar en distintas hierbas y frutas. Hierbas como la caña de limón, el lemongrass, las hojas de las manzanas y los limones, la lavanda, el tomillo, el orégano, la hierbabuena… “Uno de los licores de los que más me enorgullezco es el de poleo con ron, toda una tradición en las casas de Gran Canaria”.

En cuanto a las frutas, el licor de maracuyá es uno de los más demandados; pero también elabora con fresas de Valsequillo, naranjas de Agaete y, por supuesto, otras frutas tropicales estacionales.

“Si la crema de gofio se hace con un lácteo, los otros licores -hierbas y frutas- los consigo por maceración, con distintos tiempos y diferentes porcentajes y tipos de alcohol como el ron blanco, el ron oro, el orujo, el whisky, el vodka…”. El de maracuyá, por ejemplo, lleva medio litro de ron blanco por cada cuatro piezas de fruta, además de otros ingredientes que prefiere no desvelar. Lo macera entre siete y 15 días, aunque hay otros que llevan más de siete meses de reposo silencioso.

Peña lidia con la extrema dificultad de lograr el prefecto equilibrio cuando trabaja con frutas. “Es complejo trabajar con frutas, sobre todo porque hay que evitar desequilibrios organolépticos. Yo trabajo con poquísimo azúcar, además, buscando la máxima autenticidad de los sabores frutales, la máxima frescura para sofisticar el final de los menús de Aridani”.

Gama de licores Casa Romántica

El equipo de Casa Romántica comienza por su chef, Aridani Alonso. Formado en cocina en Gran Canaria, Aridani, que realizó varios cursos con los chefs Erlantz Gorostiza, Raúl Orellano y Raúl Resines, estalló, a pesar de su juventud, cuando tomó la jefatura de cocina del Hotel Cordial Roca Negra. Tras pasar por algunos restaurantes de la isla y foguearse en las grandes escuelas de cocina, que siempre son las de un hotel, se hizo cargo en 2022 del emocionante proyecto de Casa Romántica.

La directora. Jésica Armas. Tiene el máster de Sumillería de la Escuela de Cata de Madrid y trabajó como directiva en Mercadona antes de unirse a la empresa familiar como directora de la bodega Los Berrazales y, con la apertura de Casa Romántica, tomar su dirección.

Víctor Lugo, el alma máter de todo. Licenciado en Comercio Exterior y Marketing. Víctor Lugo lleva toda la vida trabajando y dirigiendo en la Finca La Laja, donde se encuentra el café más septentrional del mundo (además de muchos otros productos agrícola), y en la bodega familiar, Los Berrazales, donde se ocupa de la viticultura, la vinicultura, la enología y el desarrollo turístico de todo el complejo. Víctor es catador profesional de cafés, vinos y quesos.

Familia Casa Romántica junto a Victor Suárez tras las jornadas con Haydée

Durante los últimos 4 años ha inspirado y se ha volcado en el restaurante Casa Romántica, creando un Centro de Interpretación del producto de Gran Canaria al que ya está pensando en darle una vuelta de tuerca gracias a la inspiración que le vino tras su último paso por el País Vasco y conocer una casa tan especial como es Azurmendi, de Eneko Atxa.

El restaurante Casa Romántica se enclava en una casona, frente al verde profundo del valle, que fue morada de los conocidos poetas Tomás Morales y Alonso Quesada y, más tarde, en los años 70 del pasado siglo fue un restaurante sostenible, adelantado a su tiempo con sus fincas como base de cocina. Todo un preludio de lo que nos encontramos a día de hoy y lo que enamoró a Victor Lugo para hacerse cargo del mismo.

Con una filosofía inalienable de proximidad absoluta y sostenibilidad en todos los frentes, Casa Romántica es un todo gastronómico constituido por sus grandes fincas (12.000 m2) de las que se surte el restaurante, contando además con cueva de afinado de quesos y quesería propia, sus históricos cafetales, la ya mencionada Bodega Berrazales y un sinfin de frutas y verduras de temporada que hacen de cada visita algo único.

Podríamos decir que llegar allí es afrontar un emocionante viaje gastronómico desde las raíces de Gran Canaria hasta la mesa, sin olvidarnos de su ya mítico «buchito de café». A día de hoy es Recomendado por la Guía Michelin y somos muchos los que soñamos conque más pronto que tarde obtengan como mínimo un más que merecido espaldarazo en forma de Estrella Verde, ojalá sea en noviembre de este año, pero si no es así, llegará en el futuro, no me cabe duda.

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