De una manera ejemplar, sin regodearse en estereotipos cansinos, esta serie de ritmo endiablado consigue llevarte a caminos no vistos de las cocinas a través de 8 episodios de solamente media hora de duración. (Artículo original publicado en Por Fogones de Canarias Ahora)
En unos momentos como los que vivimos donde la salud mental empieza por fin a poder tratarse sin tapujos por la sociedad en general, que un serie que podría parecer una más de felicidad gastronómica por su temática la trate de una manera tan clara y abierta, es solo uno de esos ingredientes que han llevado a “cocinar” The Bear como una de las mejores series del año sin duda alguna.
No voy a ponerme a destripar el argumento y desarrollo de The Bear porque creo que es una serie que merece verse desde la pureza más clara posible, pocas veces sucede que para alguien acostumbrado como yo a ver películas, series y documentales sobre gastronomía, te encuentres con algo que te sorprenda y eso te lo brinda esta serie en cada episodio.
Sí voy a avanzar que si esperas ver una serie donde te deleites en recetas, puedas ver qué bonito es preparar unos platos para que lo degusten 20 comensales o una hermosa historia de amor entre el cocinero consagrado que vuelve a su barrio y la joven que lo idolatra, ¡esta no es tu serie!. Aquí vives casi en primera persona las angustias personales de los personajes que componen el universo de este local de bocadillos de carne al más puro estilo de Chicago. Sientes como propias sus temores, inseguridades, filias y también fobias entre ellos, la diferencia cultural entre blancos, negros, latinos pero también entre las distintas clases sociales como son los que llevan 20 años vendiendo bocadillos y el cocinero que toma las riendas del local tras una tragedia personal y que viene de liderar el mejor restaurante del mundo.
The Bear presenta esa vida real de un restaurante o bar de bocadillos de barrio como son los problemas económicos, las diferencias entre las personas que conforman el equipo, lo difícil de aceptar los cambios tras muchos años haciendo lo mismo o lo importante que es para el barrio donde se ubica la presencia del mismo. Todo ello poniendo ojos sobre la adicción alcohólica o de drogas mayores, los problemas psicológicos de cada uno, lo difícil que resulta para una familia mantenerse unida y regentar un negocio como este o como vivir el duelo del adiós hacia alguien a quien quieres, todo ello en episodios que no superan la media hora de duración y por pedirles algo, rogarles que intenten verla en Versión Original Subtitulada para que puedan apreciar la variedad de acentos, diálogos e idiomas que conforman este mundo propio.
Es curioso observar como la gastronomía está presente en cada episodio como un ingrediente más de la trama, como esas grandes bandas sonoras de películas que cuando piensas en ella sabes que han estado siempre ahí pero sin molestar, únicamente al servicio de la trama. Si jugamos haciendo un símil gastronómico con, sería como otro ingrediente más en la cazuela con intención de sacar el guiso perfecto, una serie que termina de manera cerrada pero con la puerta abierta a que pudiera tener una segunda temporada, cosa que por suerte se ha confirmado y llegará en el 2023.
Si dicho símil lo lleváramos a un restaurante o local cualquiera, podríamos decir que The Bear es ese lugar donde disfrutas tanto comiendo que cuando sales por la puerta, ya estás pensando en recomendarlo y volver. Si a ustedes les apetece entrar y degustar su propuesta, lo pueden encontrar en Disney Plus, y no, no es una serie para ver con los pequeños de la casa, es la antítesis de la falsa felicidad e impostura que presentan programas como Masterchef y que a la larga, tanto mal hacen al sector y a los hechos nos remitimos. The Bear va mucho más allá y me atrevo no solo a catalogarla como la mejor serie gastronómica que he visto nunca, sino como una de mis 5 series favoritas del año, en general.
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